Los bancos centrales se han retirado de la escena y han decidido dejar a las bolsas evolucionar por su cuenta. Ni más estímulos, ni retirada de los que había. Para saber cómo van las cosas es bueno tomar una posición neutral de vez en cuando. Es lo que ocurre ahora. El Ibex ha aguantado los 9.000 puntos. 

La producción industrial en España se ha ralentizado, con un crecimiento en julio del 0,3%, frente al 0,8% un mes antes. Las exportaciones alemanas han caído también en julio un 2,6%. Los inventarios mayoristas en junio de EEUU no se han movido, cuando ayudan a formar previsiones de si se van a mover las economías y las ventas más o menos.

Ése es el panorama. China, siguiendo los compromisos del G-20 de Hangzhou, ha prometido adoptar una política fiscal más proactiva. El IPC chino en agosto fue del 0,1%, lo que supuso una tasa interanual del 1,3%, frente al 1,8% en julio. Apenas se mueve una hoja,

Sólo hay movidas en el petróleo, por las conspiraciones de unos y otros. Ahora Argelia dice que Irán, Nigeria y Libia tienen derecho a aumentar su producción. El Brent bajó de las mismas un 2,12%, hasta 48,93 dólares.

La actitud zen de los bancos centrales ha hecho que el bono alemán a 10 años deje de estar en negativo ante la perspectiva de congelación de compras del BCE. El rendimiento español ha subido al 1,04%.

En el Ibex, han subido casi igual IAG y Caixabank, esta última porque puede ganar mayor ponderación en el índice. Otros bancos, como Santander, BBVA y Sabadell  también han ido bien. En el caso de ArcelorMittal ha sido al revés a causa del retroceso de las materias primas. En la semana han destacado, IAG y Telefónica.

Mientras, Wall Street se orientaba a la baja a media sesión. La CNBN dijo que Bayer y Monsanto podrían alcanzar un acuerdo la próxima semana. Ahora que está todo el mundo recortando costes, quizá se acerque el momento de las fusiones.