En un mundo donde el tiempo escasea y las comidas elaboradas son un lujo, Mercadona ha acertado con un producto que combina sabor, rapidez y precio: un plato de pollo con pesto, sémola de trigo y tomate semiseco que se ha convertido en un básico de los congeladores. Por solo 2,50 euros y con 300 gramos de contenido, esta opción gastronómica ofrece una solución deliciosa para esos días en los que no apetece cocinar, pero tampoco renunciar a una comida sabrosa.
Ingredientes que enamoran
El éxito de este plato radica en su combinación de ingredientes sencillos, pero bien elegidos: pechuga de pollo, sémola de trigo, aceite de oliva, queso y tomate semiseco. El pesto, con su toque aromático a albahaca y ajo, le da un toque mediterráneo que lo diferencia de otras opciones precocinadas. Además, el uso de aceite de oliva (en lugar de grasas menos saludables) y la presencia de pollo como fuente de proteína lo convierten en una alternativa más equilibrada que muchos ultraprocesados.

Es importante destacar que uno de los mayores atractivos de este producto es su facilidad de preparación: en solo 4 minutos en el microondas (u 8 en el horno) está listo para comer. Además, también puedes cocinar esta opción de Mercadona en la sartén durante unos siete u ocho minutos. Incluso la puedes tener lista en la freidora de aire a 200ºC, removiendo a mitad de cocción para asegurar un calentamiento uniforme. Esto lo hace ideal para esos días de prisas, teletrabajo o simplemente pereza culinaria. No requiere descongelación previa ni añadidos, lo que elimina cualquier excusa para no tenerlo siempre a mano.
Precio imbatible: calidad sin gastar de más
Con un precio de 2,50 euros, este plato compite directamente con opciones menos saludables como pizzas congeladas o snacks rápidos. Mercadona ha logrado posicionarlo como una alternativa asequible, pero con un toque gourmet, gracias al tomate semiseco y el queso fundente. En comparación con otros platos preparados de supermercado, su relación calidad-precio es difícil de superar.
Este producto tiene éxito por diferentes motivos, pero entre ellos destaca su sabor equilibrado gracias a que el pesto no domina, el pollo queda jugoso y la sémola absorbe bien los sabores; su versatilidad porque puede servirse solo o acompañado de una ensalada para una comida más completa; y porque desde estudiantes hasta padres ocupados, cualquiera lo aprecia por su rapidez y resultado. Este plato de pollo con pesto es un ejemplo de cómo la comida congelada puede ser rápida, barata y sabrosa sin sacrificar calidad. En una sociedad donde el tiempo es oro, productos así demuestran que la cocina tradicional y la practicidad no están reñidas. Si aún no lo has probado, es hora de hacerle un hueco en tu congelador. ¡4 minutos y listo!