El proyecto "El Toro de España", una escultura de 300 metros de altura dedicada al toro de lidia, sigue buscando dónde arraigar. Madrid ya le ha dicho que no, y ahora es Guadalajara quien se lo está pensando. El Ayuntamiento de la ciudad, por boca de su alcaldesa, Ana Guarinos, ha dejado claro que hoy por hoy no hay respuesta: "ni sí, ni no, ni todo el contrario". De momento, todo es una idea. Una idea gigante, eso sí, porque el proyecto prevé una estructura metálica monumental que aspira a convertirse en un nuevo símbolo nacional, a la altura de la Torre Eiffel, la Estatua de la Libertad o el Coliseo Romano.
Una "gran idea", a la espera de sitio
El monumento, según sus promotores, tendría que ser una proeza de ingeniería y un reclamo turístico de altos vuelos. Incluso se prevén miradores en los cuernos. La inversión sería privada, pero se pide que se levante en suelo público. Una combinación que no acaba de convencer a todo el mundo. En Guadalajara, la propuesta no se ha descartado, pero tampoco se ha puesto encima de la mesa con entusiasmo. Parece que antes de decir que sí, la ciudad quiere saber exactamente qué implica acoger una estructura de 300 metros con cuernos. Es comprensible, no cada día te proponen plantar un toro más alto que la Sagrada Familia.