El uso de la miel como coadyuvante medicinal está experimentando un claro renacimiento. Hasta ahora, se ha demostrado que, en las cantidades adecuadas, la miel presenta propiedades antioxidantes, bacteriostáticas, antiinflamatorias y antibióticas. Es la parte antibiótica la que más nos interesa, pues en un mundo en el que la resistencia a diversos fármacos por parte de muchos microorganismos es un problema sanitario grave, la miel ha vuelto a recuperar importancia en el ámbito médico.

Existen muchos tiempos de miel, dependiendo de la flor del vegetal sobre la que haya forrajeado la abeja. Algunos ejemplos que ponen en evidencia la gran variedad de esta sustancia son la miel de tilo, la miel de salvia, de castaño, lavanda, espino blanco y otras muchas plantas más. En este espacio, vamos a fijar nuestra atención en una variante de este producto que está cobrando cada vez más fuerza en superficies de alimentación alternativa: sigue leyendo si quieres conocerlo todo sobre la miel de manuka.

La miel presenta propiedades antioxidantes, bacteriostáticas, antiinflamatorias y antibióticas

¿Qué es la miel de manuka?

Cuando hablamos de tipos de miel, siempre nos estamos refiriendo a lo mismo a nivel basal, pero esta tendrá diferentes propiedades dependiendo de la planta relacionada con el panal de abejas. La miel de manuka es monofloral, lo que quiere decir que todas las abejas que la han sintetizado se han alimentado del néctar y polen de la misma flor: Leptospermum scoparium.

Miel de Manuka
Miel de Manuka

Propiedades y beneficios de la miel de manuka:

1. Propiedades bactericidas

La alta proporción de metilglioxal (MGO) y peróxido de hidrógeno de la miel de manuka la han colocado como punto de mira del estudio de muchísimas investigaciones en lo referente al tratamiento de infecciones bacterianas. Los estudios han demostrado que la miel de manuka podría llegar a interrumpir la proliferación del patógeno en los medios de cultivo. Esto se cuantificó al observar a las bacterias al microscopio, pues presentaban septos completamente formados, pero no llegaban a dividirse en dos nuevas bacterias distintas.

2. Activación del sistema inmune

También se ha demostrado, para sorpresa de los científicos, que la miel de manuka es capaz de estimular la actividad de los macrófagos mediante la apalbumina-1, un compuesto típico de la jalea real. Los macrófagos estimulados liberan mediadores inmunes como el TNF-α, IL-1β y IL-6, necesarios para la reducción de la carga patogénica durante las enfermedades infecciosas y para ayudar al cuerpo a cicatrizar tras una lesión.

3. Propiedades organolépticas y nutricionales

Más allá de terminología compleja, no podemos olvidar que los seres humanos consumimos la miel porque está dulce. En general, la miel reporta unas 288 kilocalorías por 100 gramos, 56 kcal si solo se añade una cucharadita de 20 gramos al yogur, café o sustancia comestible que se quiera endulzar. Por otro lado, 100 gramos de azúcar blanco (sacarosa) otorgan casi 400 kilocalorías, un valor mucho más alto que el de la miel.

Por ello, la miel es un buen sustituto al azúcar en todos los casos a la hora de endulzar un plato, ya que engorda menos y presenta más propiedades positivas para el organismo (antiinflamatorias, antioxidantes y bactericidas, entre otras). De todas formas, no recomendamos que personas con diabetes y otras patologías de este tipo recurran a la miel como sustituto del azúcar, ya que esta también contiene glucosa y, por ende, aumenta de forma rápida el índice glucémico en sangre.