Las tarjetas de transporte público de la Autoritat Metropolitana del Transport (ATM), es decir, las que sirven principalmente para viajar a la red de Metro, Bus, FGC y Tram, no caducarán el 15 de enero de 2024 tal como estaba previsto inicialmente, sino que lo harán el 29 de febrero de 2024, es decir, en la fecha habitual. Según ha informado la ATM este viernes, la ampliación se ha hecho para "garantizar un mayor margen de adaptación de los usuarios en su transición hacia títulos T-movilitat", y también viene marcada por la falta de concreción actual del anuncio del Ministerio de Transportes sobre aplicar la gratuidad en determinados perfiles de usuarios.

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Por eso, la ATM, de acuerdo con las administraciones consorciadas, ha decidido alargar la caducidad de los títulos adquiridos en 2023 hasta el 29 de febrero de 2024 (hasta ahora era el 15 de enero). La decisión se toma como respuesta a los cambios significativos que se están implementando en el sistema de billetaje. La intención es que la ciudadanía disponga de un tiempo adicional para adaptarse a la transición actual de los títulos de transporte integrados con banda magnética en T-movilitat recargable y sin contacto y mitigar así las preocupaciones e inquietudes que la fecha original del 15 de enero generaba.

Además, se suma el hecho que las administraciones consorciadas en el seno de la ATM están pendientes de conocer todavía las características reales del anuncio hecho por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible sobre aplicar la gratuidad para determinados perfiles de usuarios. Esta modificación de la caducidad, que se publicará próximamente en el DOGC, es aplicable a los títulos de transporte integrados de la ATM de Barcelona así como a la tarjeta T-4. Por su parte, la tarjeta T-16 y la tarjeta T-verda mantienen su propia caducidad.

Introducción de la T-movilitat de cartón

Precisamente, este martes pasado empezó el inicio de la venta de la nueva T-movilitat de cartón, una novedad que comportará que en unas semanas desaparezcan las actuales tarjetas de validación mecánica, es decir, aquellas que se tienen que introducir por la ranura de las canceladoras, a favor de las nuevas tarjetas con tecnología 'contactless'. Aunque el consejo de la ATM es optar por la T-movilitat de plástico, que también se puede llevar en el móvil y tiene más prestaciones, la opción de la tarjeta de cartón es más cómoda y económica, ya que no requiere registro previo por parte de los usuarios, aunque cuesta 0,50 euros (solo en la primera compra, después se puede recargar tantas veces como sea conveniente). Como excepción, el abono T-usual en cartón T-mobilitat tiene un diseño específico que requerirá el DNI o el pasaporte en el momento de la compra al tratarse de un título personal e intransferible.