La renuncia de los promotores del museo Hermitage a instalarse en Barcelona ante todas las dificultades que se han encontrado a lo largo de los años por parte del ayuntamiento, que ha hecho todo lo contrario a facilitarles el camino aunque el Port de Barcelona ya les había puesto a disposición un solar en la nueva bocana, ha comportado la rápida reacción de los diferentes grupos que componen el plenario municipal, que han responsabilizado directamente al equipo de gobierno municipal y a su alcaldesa, Ada Colau, del abandono definitivo del proyecto de traer a la capital de Catalunya una franquicia de la pinacoteca de San Petersburgo.

Quien se ha mostrado más contundente ante el anuncio, conocido a primera hora de este viernes, de la renuncia al Hermitage Barcelona ha sido el concejal de Junts per Catalunya Jordi Martí Galbis, que ha asegurado que la renuncia de los promotores a seguir defendiendo el proyecto y concentrar ahora los esfuerzos en conseguir una indemnización judicial, "confirma los peores pronósticos" y ha atribuido el desenlace al "sectarismo de Ada Colau y BCN en Comú, sumado a la inoperancia y la inutilidad del PSC y la complicidad de ERC," los cuales "han ahuyentado un gran proyecto cultural, forzando la legalidad, provocando una pésima imagen de la ciudad y provocando la judicialización del caso".

Martí Galbis ha añadido que la renuncia al Hermitage costará mucho dinero a la ciudad, ya que la resolución judicial podría finalizar con la obligación por parte del ayuntamiento "de indemnizar a los promotores, que tienen una concesión del Port y los correspondientes derechos adquiridos." El concejal de Junts ha cuantificado este resarcimiento en "150 millones de euros", lo cual comportaría una "paradoja": "Barcelona se puede quedar sin Hermitage, pero financiando a los promotores para que este centro cultural acabe en otra ciudad como Madrid, por ejemplo". Por todo ello, ha apuntado que se trata de un "grave error."

"Actitud caprichosa del gobierno"

Por su parte, Esquerra Republicana ha preferido repartir responsabilidades. El concejal y portavoz de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Coronas, ha considerado que "el gobierno municipal no ha querido ni ha sabido gestionar este tema", pero también que "hacía falta que los promotores se hubieran esforzado en plantear un proyecto cultural ambicioso para la ciudad y no lo han hecho". Además, Coronas ha indicado que "el gobierno se ha dedicado únicamente a poner trabas, no tiene ningún proyecto ni tampoco ha planteado una alternativa mejor para la ciudad". Por eso se ha mostrado preocupado para que "esta actitud caprichosa del gobierno no nos cueste dinero a toda la ciudadanía".

A su vez, el grupo municipal de Valents, que en el pleno municipal de este viernes ya han conseguido el reconocimiento del cambio de nombre sustituyendo el anterior, Barcelona pel Canvi, ha apuntado que "la política del no y del bloqueo lleva a la pérdida de oportunidades", para apuntar también que "la ciudad de Barcelona no está para perder más proyectos ni inversiones". Por su parte, la presidenta del grupo municipal de Ciudadanos, Luz Guilarte, ha asegurado que "la decisión de los promotores del Hermitage es la crónica de una pérdida anunciada", y ha añadido que es "comprensible el cansancio de los organizadores con la mala gestión de un gobierno municipal que gobierna a golpe de sectarismo e ideología”. Finalmente, la concejala no adscrita, Marilen Barceló, ha señalado también en el pleno que "no puede ser que perdamos un proyecto como el Hermitage simplemente por ideología de los comunes".

Collboni no renuncia

Adicionalmente, quien ha dado la sorpresa con respecto al portazo del Hermitage ha sido el primer teniente de alcaldía y líder del PSC, Jaume Collboni, que también en su intervención durante el pleno ha asegurado que mantiene la esperanza de conseguir llevar el museo a la ciudad: "No renuncio al Hermitage", ha afirmado. Y ha añadido a continuación: "Que haya discrepancias en un gobierno de coalición es normal".