Las obras de prolongación de las líneas del Llobregat y la L8 de Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC) entre la estación de Plaça Espanya y Gràcia, que incluirá estaciones intermedias en Hospital Clínic y Francesc Macià y que se iniciaron en enero de 2024, entrarán este mes de junio en una nueva fase que vendrá marcada por la construcción de una gran nave en la Gran Via, que se situará en el lado mar en el tramo entre las calles Llançà y Vilamarí y que servirá para excavar el pozo de introducción de la tuneladora, que desde este ámbito tendrá que agujerear los cuatro kilómetros de longitud de esta prolongación.

Según ha informado el departamento de Territori este martes, la previsión es que las obras de instalación empiecen en junio y acaben a finales de año con una gran nave con paneles metálicos que servirá para aislar la zona de obras. Primero se levantará un tramo de unos treinta metros de longitud delante del edificio de la ONCE y posteriormente otro tramo de veinte metros sobre el chaflán con la calle Llançà, y para más adelante quedará completar todo el tramo hasta Vilamarí, de manera que a la larga, esta impresionante carpa tendrá unos 120 metros de longitud. Lo más importante, en todo caso, es la altura, de unos 15 metros, equivalente a una cuarta planta, aunque toda esta construcción estará separada unos cinco metros de las ventanas y no excederá el actual ámbito de obras.

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Recreación virtual de la nave prevista en una primera fase / Foto: Territorio
Obras de L8 de FGC y adaptació de red de metro der Barcelona / Foto: Carlos Baglietto
El ámbito de las obras donde se situará la nave, en una imagen de principios de abril / Foto: Carlos Baglietto

El objetivo de esta carpa es el de minimizar en la medida de lo posible los ruidos provocados por la tuneladora, que se pueden alargar en el tiempo y que, además, funcionará las veinticuatro horas del día. Hace falta tener en cuenta que este ámbito de la Gran Via, que en el futuro contendrá una salida de emergencia, servirá ahora como punto de introducción de la tuneladora y, mientras dure la perforación, será la zona de extracción de materiales, que por otra galería subterránea, que tendrá que pasar por debajo del túnel del Metro de la L1, transportará todo el material excavado por la calle Llançà hasta el parque de Joan Miró, donde se sitúa la zona logística de toda la obra.

Empiezan las inspecciones en los inmuebles

En paralelo a la instalación de esta nave, también empezarán las inspecciones a los inmuebles afectados por el primer tramo del túnel, comprendidos en la Gran Via entre Vilamarí y Comte Borrell, Comte Borrell entre Gran Via y Diputació, y Diputació entre Comte Borrell y Comte d'Urgell, en total, 1.245 viviendas. En estas inspecciones, que son voluntarias y gratuitas para los residentes, se hacen informes sobre las posibles patologías y fisuras que puedan tener los inmuebles que se pueden ver afectados por las obras de tunelación, aunque se prevé que la excavación se haga a suficiente profundidad para que los residentes no noten nada mientras pasa la tuneladora. Hay que tener en cuenta que hay una curva entre Gran Via y Comte d'Urgell en la que el túnel no pasará por la calle sino por debajo de dos manzanas de casas.

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Ámbito previsto de las inspecciones en edificios / Foto: Territorio

Estas inspecciones permitirán dejar constancia del estado actual de los edificios ubicados en la zona de influencia de las obras y detectar si existen patologías previas en los edificios. Para hacerlo, se empiezan a desplegar campañas informativas para que los vecinos soliciten la inspección y se concrete la visita al inmueble. Además, se entregarán copias de los informes a los vecinos cuyos pisos hayan sido inspeccionados. Toda esta documentación servirá para hacer seguimiento de posibles incidencias durante el progreso de las obras.

Sin fecha de finalización

Una vez finalizada la nave acústica, se prevé que durante 2026 se pueda montar la tuneladora, que excavará un túnel de nueve metros de diámetro, y que la perforación pueda iniciarse ya en el 2027. Al inicio de las obras se calculó un plazo de 58 meses para la finalización de la obra civil, es decir, la ejecución de los túneles y los recintos y estructuras principales de las estaciones y salidas de emergencia, un periodo de casi cinco años que lleva ya a finales de década. Aunque no hay fecha concreta de entrada en servicio de esta prolongación, hay que tener en cuenta que, una vez acabada la obra civil, habrá que afrontar el tendido de vías y catenaria, así como la arquitectura de las estaciones y los acabados. Al fin y al cabo, el proyecto, presupuestado en 412 millones de euros, difícilmente entraría en servicio hasta principios de la próxima década, como muy pronto.