"Nosotros también esperamos que el ayuntamiento nos cite". Así se exclama Salvador Barroso, presidente de la Associació d’Afectats per la construcció de la Sagrada Família, horas después de que Xavier Martínez, director general de la basílica de la Sagrada Familia, ha asegurado que el templo está dispuesto a negociar con el Ayuntamiento de Barcelona la manera de concluir los accesos a la fachada de la Glòria del templo, eso sí, sin renunciar a construir una escalinata que desde el templo atribuyen al diseño original de Antoni Gaudí y que podría suponer la expropiación y derribo de edificios de viviendas. "Vivir con la espada de Damocles no hace gracia, no nos engañamos", afirma Barroso.

La situación para los vecinos, en especial para los que viven en el edificio de la calle Mallorca que queda por delante de la fachada del templo, continúa presidida por la incertidumbre de lo que les ofrecerá el futuro, y por eso, en declaraciones a ElNacional.cat, Barroso ha expresado la voluntad de forzar una reunión a tres bandas, es decir, gobierno municipal, vecinos y templo, para encontrar una solución definitiva al conflicto. De hecho, piden a Collboni que los convoque, recordando que así se lo prometió el ahora alcalde durante la pasada campaña electoral. De hecho, este representante vecinal recuerda que antes de las elecciones mantuvieron conversaciones con varios grupos políticos y todos les señalaron la necesidad de solucionar el conflicto.

"Estamos a la espera de que nos convoquen y si no lo hacen lo forzaremos", ha señalado Barroso, que ha recordado que la mesa negociadora no se ha vuelto a reunir desde el primer y único encuentro que tuvo lugar en febrero de 2020, justo antes de la pandemia, y por eso consideran que quien tiene que mover ficha es precisamente el gobierno municipal porque ellos son "los que tienen que poner la cuestión sobre la mesa y plantear al templo y los vecinos una solución", porque los representantes de la Sagrada Familia, "si no les convoca el Ayuntamiento no se sentarán con los vecinos".

Eso sí, para Barroso, la intención del templo de no renunciar a la escalinata responde a una estrategia "de máximos" que no podrán conseguir: "En cualquier negociación se pide el máximo para llegar a unos mínimos", ha asegurado Barroso, para añadir que los responsables de la Sagrada Familia "son muy conscientes de que es casi imposible que se les dé los que ellos quieren". En esta situación, los vecinos reclaman al gobierno municipal que convoquen a todas las partes para encontrar conjuntamente una solución que ponga punto final a una situación inestable desde hace décadas.

El Ayuntamiento mantiene la voluntad de dialogar con las partes

Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona mantiene la voluntad de dialogar con las partes, aunque de momento no hay convocada ninguna reunión ni ninguna propuesta específica sobre la mesa. Según han apuntado fuentes municipales a ElNacional.cat, la voluntad del gobierno municipal es "dialogar con los representantes del patronato de la Sagrada Familia, vecindario y otras entidades para trabajar la mejor propuesta de cara a la finalización de las obras y necesidades de la ciudad," eso sí, "teniendo en cuenta que se trata de una situación compleja y en la que hay intereses legítimos y evidentemente alejados", el consistorio defiende la necesidad de "definir un gran acuerdo que incorpore todas las miradas posibles y que suponga el mejor encaje del monumento con el barrio, con el planeamiento urbanístico vigente y con un entorno con mucha presión turística".

Asimismo, el Ayuntamiento recuerda que en los últimos años se regularizó la situación urbanística de las obras del templo, con la concesión de la licencia de obras y un nuevo planeamiento urbanístico, además de llegar a un acuerdo entre el consistorio y la Junta Constructora para que el templo contribuyera a financiar los gastos municipales que generan las actividades, con una aportación de 36 millones de euros en 10 años.