El Raval de Barcelona tiene muchos puntos oscuros. Este barrio del distrito de Ciutat Vella presenta conocidos problemas de delincuencia, inseguridad, narcotráfico, desahucios y gentrificación además de los más genéricos de toda la ciudad como la suciedad persistente y la sistemática desaparición del tejido comercial tradicional. Con más de 47.000 habitantes y un urbanismo marcado por las calles estrechas y mal ventiladas y edificaciones antiguas, el popular 'barrio Chino' es la zona de la capital de Catalunya más problemática.

Por todo ello, al barrio no le hacen falta más problemas y sí muchas soluciones, pero mientras estas no llegan, crecen las inconveniencias y la última no por sorprendente, deja de ser preocupante: vecinos del barrio denuncian la aparición de al menos un vendedor ambulante de pescado, una actividad ilegal que además se ha convertido en un foco de discusiones y suciedad añadida.

 

 

El vendedor ha sido localizado al menos en la calle dels Salvador, donde pudo ser grabado este jueves por la cuenta de twitter @carrersalvador en plena discusión con dos supuestas clientes.

Sin ninguna garantía sanitaria

La venta ambulante en la calle está prohibida en Barcelona excepto aquellos mercados y ferias ambulantes regulados, pero además hay normativas que especifican la prohibición de venta en la calle productos de alimentación, particularmente el pescado fresco, un alimento que se puede estropear en cuestión de horas.

Además, según se ve en las imágenes, el barril donde se transporta el pescado -generalmente sardinas-, no ofrece la más mínima garantía sanitaria ni ningún tipo de información de su procedencia ni calidad. Un foco de posibles intoxicaciones especialmente preocupante en tiempo de pandemia.

Fuente de problemas

Pero el problema no se queda en el hecho de que se lleve a cabo una actividad prohibida ni en la posibilidad de generar una intoxicación alimentaria. Es también una fuente de problemas en el barrio.

Según indica Adrià, un vecino de la calle dels Salvador, este vendedor apareció hace unos cuatro meses y "se pasea en bicicleta y un bidón de plástico vendiendo sardinas por todo el Raval", vendiendo un producto "sin licencia ni trazabilidad". En declaraciones a elNacional.cat, este vecino explica que con todo, el principal problema son "las discusiones y la suciedad" y con respecto al segundo aspecto, señala que el vendedor ha sido visto "tirando el pescado estropeado y el agua sobrante en medio de la calle, delante de las puertas de los vecinos," un añadido más a la suciedad persistente que genera mucho malestar entre el vecindario.

Toque de atención al ayuntamiento

La aparición de este vendedor ambulante es una muestra más del "sentimiento de impunidad constante" que se vive en esta calle, situada en una zona del Raval cercana a la ronda de Sant Antoni donde a menudo se celebran también mercados de la miseria, donde se venden desperdicios de todo tipo. "Hay como un efecto llamada, una ley no escrita que en la zona de estas calles: Sant Antoni Abad, Sant Climent, Salvador, Príncep de Viana... se puede hacer de todo", explica el vecino citado, que denuncia que no se ve nunca la presencia de la Guardia Urbana. "Hemos pedido más presencia a pie, pero nos encontramos con que nos dicen que ellos no están para perseguir el incivismo, sino el narcotráfico".

La misma calle dels Salvador, de hecho, es un ejemplo de este descontrol que la Guardia Urbana no consigue parar, con problemas persistentes de carga y descarga que ocupan toda la anchura de la calle, tiendas que venden alcohol hasta altas horas de la madrugada haya o no toque de queda, mucho incivismo, muchas peleas y mucha suciedad. "Que ahora tengamos, además, un vendedor de sardinas es ya casi surrealista, la realidad supera la ficción", concluye el vecino.

 

Imagen principal: El vendedor de sardinas, en plena discusión con dos supuestas clientes / @carrersalvador