Con la llegada de septiembre, las maquinarias políticas empiezan a moverse después de la aparente letargia de un verano que ha dejado más dudas que certezas. Con el horizonte político de una investidura a la presidencia del gobierno español que podría desembocar en una nueva convocatoria electoral a principios de 2024, los tempos con que se mueve la política interna del Ayuntamiento de Barcelona parecen haberse ralentizado. Si tiene que haber pacto de gobierno municipal, nada indica que será de manera inmediata, más bien al contrario. En este contexto, el presidente del grupo municipal de ERC, Ernest Maragall ha querido empezar el curso político con un mensaje claro pero no necesariamente vinculante para todo el mandato.

"ERC estamos en la oposición", ha asegurado Maragall en la primera comparecencia pública de este nuevo curso, en la que se ha mostrado decidido a ejercer este rol "con todas las consecuencias, máxima ambición y claridad". De hecho, Maragall ha apuntado que la política de los republicanos en la Casa Gran vendrá marcada por tres ejes: "revolución de vivienda, enfrentamiento al cambio climático y recuperación de los derechos sociales", y ha querido confrontar el posicionamiento de ERC a la "carrera entre Junts y comunes para ver quién llega antes" a un pacto con Jaume Collboni. "Ni frivolidad, ni fiebre por los cargos en nuestro caso," ha añadido.

Asimismo, la concejala portavoz de ERC, Elisenda Alamany, ha confirmado que hasta este momento "no ha habido conversaciones para entrar en el gobierno municipal", hecho que confirma la certeza de que este partido empezará este mandato a la oposición. Ahora bien, la misma Alamany ha pedido "no avanzar pantallas" en un contexto en que los mismos republicanos tildan el gobierno de Collboni de "provisional". Muy críticos con los todavía no cien días del gobierno Collboni, ERC ha acusado a los socialistas de practicar "una deriva conservadora", donde "se imponen las tesis de Daniel Sirera antes que las propias de Collboni", con ejemplos como el Pla Endreça, y todo gracias "a los comunes que les regalaron los votos".

Sin conversaciones tampoco con respecto a la aprobación de presupuestos, los republicanos han aprovechado el inicio del curso para fijar su posición, al menos de salida, situándose en la oposición y reivindicando, por su parte, la validez del acuerdo con Xavier Trias. Ahora bien, justo al inicio de un mandato y con casi cuatro años por delante, nada se puede dar por seguro, solo un momento presente en que para ERC, "el gobierno de Collboni es un gobierno provisional, en minoría, débil, que a pesar de llamarse progresista ha hecho gala de una deriva conservadora en estos casi cien días de gobierno". "Estamos aquí para evaluar este inicio de mandato", ha insistido Alamany, eludiendo aclarar la posibilidad de que ERC entre en el gobierno municipal, eso sí, apuntando que no será posible en un gobierno "Collboni-Sirera" y pidiendo, una vez más, a los comunes "que no hablen en nuestro nombre". Lo que pasará los próximos meses, en todo caso, serán "pantallas" que de momento todavía no se han pasado.