Aunque en el pasado mes de enero se anunció que en julio empezarían las obras de rehabilitación del Invernadero de la Ciutadella —conjuntamente con las del Palau de Alfarràs del parque del Laberint—, finalmente ha habido que esperar hasta finales de agosto para que empezaran estas obras, con el añadido que, de momento, todavía no se ha tomado ninguna decisión con respecto al uso que se dará a esta instalación, que ha acumulado años de degradación y desuso y que los últimos meses había sido motivo de quejas reiteradas por parte de los partidos de la oposición hasta el punto que en diciembre pasado el ayuntamiento tuvo que confirmar que se destinarían dos millones de euros a la rehabilitación.

Según ha comunicado el Ayuntamiento de Barcelona este martes, esta misma semana han empezado las obras de remodelación del Hivernacle con un doble objetivo, restaurar el edificio patrimonial y resolver las patologías detectadas en la última actuación que se hizo. Conviene tener en cuenta que el edificio, de unos 1.000 metros cuadrados y catalogado como Bé Cultural d'Interès Nacional (BCIN), está formado por tres naves —la central, más alta, y dos laterales, la nave Picasso y la nave Magnòlies—, y que todas requieren actuaciones profundas de rehabilitación después de años de abandono donde incluso ha servido para cobijo de personas sin techo.

Asimismo, el consistorio ha indicado que el objetivo de los trabajos son la restauración del edificio patrimonial, que todavía mantiene el uso original de invernadero; definir la solución técnica adecuada para resolver las patologías estructurales detectadas y finalizar totalmente la restauración interior y exterior. Asimismo, se dotará el edificio de un sistema de ventilación monitoreado y humidificadores. Todas estas actuaciones comportarán una inversión de cerca de 2 millones de euros y se prevé que las obras tengan una duración prevista de un año, de manera que deberían estar terminadas a finales del verano del 2023.

Sin proyecto de uso

Más allá de la rehabilitación, de momento no hay ningún proyecto de utilización una vez acaben las obras, aunque el ayuntamiento las enmarca en la necesidad de consolidar el parque de la Ciutadella como espacio estratégico con activos relevantes desde el punto de vista medioambiental, patrimonial, cultural y también del conocimiento y la innovación. Según ha declarado la segunda teniente de alcaldía, Janet Sanz, la intervención está enmarcada en la medida de protección Barcelona, ciudad de patrimonio, presentada en abril -aunque la propuesta de rehabilitación del Hivernacle es anterior-, pero que de momento "todavía no tenemos propuesta" sobre el destino final. Sanz ha destacado que en paralelo a una rehabilitación que permitirá que "Barcelona no pierda el Hivernacle ni se estropee, ya estamos pensando en el proyecto definitivo, la propuesta de usos que queremos para el interior para poder empezar a encargar un proyecto que haga posible el disfrute y el uso del edificio".