Un hombre se suicidó este jueves por la tarde en el barrio del Raval de Barcelona después de ser desalojado por segunda vez el mismo día del piso que había ocupado, según ha adelantado El País. El hombre se tiró al vacío por el balcón desde una tercera planta delante de los Mossos d'Esquadra que le pedían que saliera. Los agentes desplazados al lugar no pudieron hacer nada para salvarle la vida, informa la ACN. El hombre, de 73 años, no tenía ningún informe de vulnerabilidad de los servicios sociales, según han señalado fuentes judiciales.

El desahucio tuvo lugar después de que el propietario del piso, un particular y no gran tenedor, presentara una demanda de desalojo a un juzgado de Barcelona para recuperar inmediatamente la posesión de la vivienda, en la calle Robador. La demanda se interpuso contra ocupantes desconocidos. El 2 de febrero pasado, el juzgado de primera instancia admitió la demanda, abrió la pieza de incidente de ocupación y lo comunicó a los servicios sociales para que elaboraran un informe de vulnerabilidad y poder adoptar las medidas de protección pertinentes.

El hombre renunció a la ayuda del ayuntamiento

De acuerdo con el informe de los servicios sociales, entregado el 14 de febrero, el ocupante que se encontró en el inmueble renunció desde el primer momento al Servicio de Intervención en situaciones de Pérdida de Vivienda y Ocupación, del Ayuntamiento de Barcelona. Este servicio de mediación acudió hasta tres veces en el piso, pero no le abrieron la puerta. Los trabajadores dejaron una nota para contactar con ellos, pero no obtuvieron respuesta.

El 26 de febrero se intentó dos veces notificar el procedimiento a la dirección del inmueble, pero no se encontró nadie. El 1 de abril los juzgados intentaron realizar un nuevo acto de comunicación, pero tampoco había nadie en el piso. El 9 de abril un auto ordenó no suspender el procedimiento porque no se podía valorar la vulnerabilidad del supuesto inquilino, a causa de los informes de los servicios sociales y porque el ocupante no presentó ninguna alegación contra la demanda. Al día siguiente se fijó la fecha del desalojo para este jueves 12 de junio, cosa que se notificó al ocupante el 25 de abril.

Este jueves por la mañana se ejecutó el desalojo judicial, que inicialmente no estaba previsto que fuera conflictivo y, por lo tanto, no se avisó la policía. No obstante, en el interior del domicilio había una persona que no era la que se había identificado anteriormente. Se le informó de que se tenía que marchar de la vivienda, y al ponerse nervioso, los funcionarios judiciales avisaron a la policía. El hombre salió al exterior y la policía le entregó algunas pertenencias como documentación, teléfono móvil y ropa. Le dijeron que más adelante podría quedar con el propietario del piso para retirar el resto de objetos que había al interior.

A continuación se hizo la restitución del inmueble a su propietario con la firma de todas las partes asistentes al acto, excepto el individuo que se había localizado en el interior del inmueble, que ya se había marchado del edificio. No obstante, por la tarde, hacia las 17.45 horas, el hombre ha vuelto a entrar en el piso, cosa que ha hecho saltar la alarma instalada por la mañana. Cuando han llegado los agentes para echarlo de nuevo, les ha preguntado si podía ir a recoger ropa, momento que ha aprovechado para correr hasta el balcón de un patio interior y tirarse al vacío.