La Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (Fecasarm) no ha convencido el Ayuntamiento de Barcelona en su petición de ampliar el horario de las terrazas de bares y restaurantes durante el periodo comprendido entre mayo y octubre, tanto este año como el próximo con el propósito de "compensar las pérdidas" ocasionadas los dos años anteriores a causa de la pandemia del coronavirus. La patronal presentó la propuesta el pasado martes, pidiendo que las terrazas se puedan cerrar a las doce y media de la madrugada del domingo al lunes y a las dos de la madrugada los viernes y sábados durante los veranos -en un sentido muy amplio, de mayo a octubre- de los años 2022 y 2023.

La respuesta del Ayuntamiento, según ha adelantado 'betevé', ha sido negativa, ya que el consistorio "no se plantea ningún cambio que implique extender los horarios" y recuerda que los actuales están establecidos por la ordenanza del 2018, "que se aprobó con un amplio consenso político y habiendo hecho un proceso participativo para recoger las aportaciones de todo el mundo". Además, desde el ayuntamiento se ha apuntado que los horarios están definidos "para proteger el descanso de los vecinos y vecinas y hacer compatible el uso ciudadano del espacio público y la vida cotidiana con la actividad económica". Los horarios vigentes son de 08 a 24 horas del domingo al jueves y de 08 en 01 horas viernes, sábados y vísperas de festivos.

"Motor de recuperación"

En su petición Fecasarm apuntaba que si se permitía la ampliación de horarios, sumada al incremento de superficie, sería posible que las terrazas se convirtieran en "el motor principal de recuperación", no sólo del sector, sino también de las empresas proveedoras. De hecho, el presidente de Fecasarm, David López, argumentó que la ordenanza municipal de terrazas contempla una ampliación horaria excepcional y, "si existe un momento excepcional para hacerlo, es este". Además, el secretario general, Joaquim Boadas, defendió que la ampliación ayudaría a recuperarse "de la grave situación económica que arrastran desde marzo del 2020", es decir, desde el estallido de la pandemia del coronavirus.

En todo caso, el ayuntamiento no ha apreciado esta excepcionalidad y ha cerrado la puerta a una medida que no habría sido bien vista por los vecinos de las zonas con terrazas, que verían cómo se ampliaría el horario de ruidos y follón en la calle. En todo caso, desde Fecasarm se insistió en que existe "mucha demanda" en el horario solicitado de oferta al aire libre y se dejó la puerta abierta en reducir horarios en casos concretos si la ampliación repercutiera negativamente en el descanso de los vecinos.