Barcelona ha inaugurado este domingo la calle Pi i Margall después de las obras de reforma, que la han convertido en "otro eje cívico pensado y concebido sobre todo para los peatones". Así lo ha descrito el alcalde Jaume Collboni, que ha estado presente en el acto de estreno, donde se han hecho actuaciones musicales, una chocolatada y actividades infantiles. La intervención en Pi i Margall, que ha costado 13,6 millones de euros, ha creado cuatro nuevas plazas a lo largo de la calle, con nuevo mobiliario urbano y alumbrado. Según el Ayuntamiento, la reforma ha convertido la calle en una avenida con el 70% del espacio dedicado a los peatones y al verde, con el tráfico "pacificado" y la velocidad limitada a los 30 kilómetros por hora a lo largo de la vía.

Collboni ha insistido en que se trata de una zona que prioriza a los peatones y el transporte público, aunque también se puede "acceder en coche privado, sobre todo a las fincas". Según el alcalde, esta transformación tiene que favorecer el comercio local, convirtiéndose en un "gran punto de encuentro" de los cinco barrios que tocan la calle Pi i Margall -Camp d'en Grassot i Gràcia Nova, la Vila de Gràcia, la Salut, Can Baró y el Baix Guinardó-. Asimismo, el alcalde ha hecho un llamamiento al civismo para mantener todos estos espacios públicos limpios y respetar la convivencia, haciendo "un buen uso".

Jaume Collboni ha explicado que la reforma en la calle responde a la voluntad de "ir limitando las grandes autopistas dentro de la ciudad", para transformarlas en "espacios de convivencia". A pesar de asegurar que son intervenciones que tardan "muchos años" a producirse porque "cuestan mucho dinero", el alcalde ha asegurado que el Ayuntamiento seguirá por "este camino", reafirmando el compromiso para pacificar zonas de la ciudad.

pino y cebadilla
Inauguración de la calle Pi i Margall

La transformación de la calle Pi i Margall

Con las reformas, la calle Pi i Margall ha reducido la anchura de la calzada para priorizar la circulación de vehículos locales, bicicletas y autobuses. De esta manera, de subida hay un carril para buses y tráfico local y un nuevo carril bici segregado, mientras que de bajada hay un carril compartido para buses, tráfico local y bicicletas. También se ha creado un carril de servicios en las dos aceras, que permite situar zonas de carga y descarga, así como contenedores, aparcamientos de bicicletas y otros servicios. Las paradas de autobús existentes se mantienen, aunque se han reubicado. En total, la transformación ha creado cuatro nuevas plazas, que cuentan con nuevo mobiliario urbano, en concreto 42 bancos y 121 sillas.