El Ayuntamiento de Barcelona se ha propuesto reducir a la mitad la población de palomas de la ciudad en un lustro facilitándoles pienso con anticonceptivos en 40 puntos de la ciudad, suprimiendo totalmente las capturas que llevaba a cabo desde hace una década para controlar su población.

El comisionado de Ecología del consistorio barcelonés, Frederic Ximeno, ha explicado hoy la puesta en marcha de los 40 dispensadores de alimento anticonceptivo para las 85.000 palomas que se calcula que viven en Barcelona.

La semana que viene, los dispensadores que suministran pienso de maíz con nicarbazina, una sustancia anticonceptiva para las aves, estarán todos instalados estratégicamente por la ciudad, en función de la abundancia y la densidad de las palomas y los puntos conflictivos donde se han registrado más incidencias, que llegan al ayuntamiento a través de los comunicados de la ciudadanía.

Ximeno ha subrayado que Barcelona es la primera gran ciudad europea que impulsa este método para controlar su población de palomas, que se basa en la experiencia de Génova (Italia) y que aspira a que sea "el definitivo".

El comisionado ha asegurado que se trata de un sistema sencillo, que no tiene ningún efecto sobre las personas, ya que la nicarbazina sólo inhibe la producción de huevos de las aves, y a medio plazo es tan caro como el de las capturas, con el cual se ha controlado hasta ahora la población de palomas de Barcelona.

Aunque ha eludido decir cuál es la población de palomas deseable en Barcelona, Ximeno ha señalado que las palomas son una especie dominante que ocupa espacio y que en grandes cantidades comportan riesgos para la salud, el mobiliario urbano y el espacio público.

Un 20% menos en el primer año

En Barcelona, las dimensiones actuales de la población de palomas son todavía altas, por lo que es "interesante mantenerla o reducirla", según el experto, que ha anunciado que también se están estudiando medidas para controlar la población de cotorras de la ciudad. Ecológicamente las palomas son una especie que se caracteriza por una alta tasa de reproducción, pero también por una elevada tasa de mortalidad juvenil.

Ximeno ha explicado que una colonia de palomas de divide entre los dominantes, que son el 15% y que son los que se reproducen; los subdominantes, que son el 55% y se reproducen ocasionalmente, y los juveniles, que suponen el 30% y que son los que no se reproducen.

El tratamiento con nicarbazina (sustancia inhibidora de la capacidad reproductora de las palomas) actúa primero sobre los ejemplares juveniles y progresivamente actúa sobre el resto, por lo que hace falta esperar años para reducir y estabilizar la población. La consecuencia demográfica esperada es una reducción en torno al 20% el primer año, y después de 4 o 5 años, del 70-80% de la población inicial.