El urbanismo táctico del tramo de la Gran Via de las Corts Catalanas entre las calles Badajoz y Bilbao de Barcelona, una locura cromática que originó oleadas de chistes y donde se instalaron unas tirolinas que causaron más problemas de incivismo que momentos de ocio para niños ya tiene fecha de caducidad. Al principio de 2024 empezarán las obras para urbanizar de manera definitiva todo el tramo que quedó liberado de tráfico con la apertura del túnel de Glòries, una vez la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado el proyecto de urbanización del ámbito montaña de este tramo de la Gran Via.
Según ha informado la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, esta transformación se hará en dos fases, la primera, en el lado montaña, empezará a principios del próximo año y la segunda, en el lado mar, se iniciará a principios de 2025, todo ello con el objetivo de crear "nuevo paseo verde" y "un espacio con mucha vida donde había habido ocho carriles de tráfico", y que supondrá la desaparición de una actuación de urbanismo táctico marcada por la provisionalidad que a duras penas habrá tenido una vigencia de un año y medio y que, a pesar de todo, supuso un gasto de 400.000 euros, aunque los vecinos se posicionaron a favor de acelerar la urbanización definitiva sin pasar por un estadio táctico intermedio.
En todo caso, el proyecto definitivo del Ayuntamiento, que se mantiene sin cambios de envergadura con respecto al presentado el pasado mes de marzo, prevé intervenir en 70.000 m² en un tramo de la Gran Via donde se plantarán unos 400 árboles. En el lado montaña, donde hay edificios de viviendas, habrá una acera de 5,25 metros de anchura que se ampliará hasta 7,35 cuando no hay cordón de servicios, un carril en plataforma única que integrará el paso de bicicletas, el tráfico vecinal y los vehículos de servicios. En el lado mar, el del centro comercial, habrá una acera de 4 metros, un carril de uso local y bicicletas y un espacio para el tranvía desdoblado y buses en doble sentido.
Finalización en primavera de 2026
Según Bonet, la necesidad de hacer la obra en dos fases se explica por el hecho que en el lado mar, donde se desdoblará el tranvía, la intervención "se tendrá que hacer conjuntamente con la Autoridad del transporte Metropolitano (ATM)". El ámbito montaña es el del proyecto aprobado ahora, correspondiente al ámbito del lado donde están los edificios de viviendas y que abarca unos 27.000 m². Se prevé que los trabajos se inicien a principios de año próximo y duren un año, con un presupuesto de 11,41 millones de euros. La segunda intervención corresponderá a la urbanización del ámbito mar y al desdoblamiento de las vías del tranvía. Esta fase de obras se hará conjuntamente con la ATM y una parte de la inversión irá a cargo de esta administración. Las obras empezarán cuando acabe la primera fase y se prevé que acaben en primavera de 2026, momento en que ya se habrá finalizado toda la urbanización y desaparecerá cualquier resto del controvertido urbanismo táctico en la zona.