Gipuzkoa es un mundo entero en miniatura. En poco más de 2.000 kilómetros cuadrados y una distancia máxima que no llega a cien kilómetros, algo más que la ciudad de Londres, puedes encontrar una capital cosmopolita como San Sebastián, una costa versátil de 86 kilómetros con acantilados de más de 60 millones de años, un paisaje interior fértil, montañoso y profundamente verde, una cultura tradicional y el idioma más viejo de Europa, el euskera.

Normalmente, San Sebastián y sus sofisticados atractivos gastronómicos, culturales y playeros protagonizan el escaparate guipuzcoano, pero el resto de la provincia, pequeña e intensa como si fuera un concentrado de lo vasco, sostiene la capital con sus tradiciones y su inagotable energía, y guarda tesoros únicos y emocionantes sorpresas que merece la pena conocer.

Hondarribia, medieval y pesquero

En la desembocadura del río Bidasoa, separada por una hermosa bahía de Hendaia y el litoral de Iparralde, se asienta esta hermosa localidad, única en sus atractivos turísticos. En el casco antiguo de la ciudad, declarado monumento histórico-artístico, destacan sus fortificaciones y su imponente parador, que nos recuerdan que esta fue la puerta de entrada a España desde Carlos V. Y su colorido barrio pesquero es el más cuidado de toda la costa vasca. Su playa, sus paseos, su puerto deportivo y su deliciosa cocina completan una oferta irrechazable.

Parques naturales para perderte

Adentrarse en los espacios naturales de Gipuzkoa es una inolvidable evasión, gracias a la belleza y la intimidad del entorno. Hasta ocho parques naturales te invitan a conocer la riqueza paisajística del territorio. En el interior destacan el macizo de granito de Aiako Arria, el biotopo del valle de Leitzaran y los prados elevados de Aralar presididos por el Txindoki, el Cervino vasco. Y en la costa, no puedes perderte los acantilados del Geoparque de la Costa Vasca, donde encontrarás una formación de capas de roca llamadas flysch, que muestran 60 millones de años de evolución geológica.

El surf de Zarautz

El mar trae a Gipuzkoa olas constantes, de diferente tamaño y categoría, que hacen felices a los surfistas de todo el mundo. El mar Cantábrico invita a ser cabalgado prácticamente todos los días del año, salvo esas raras veces que aparece calmado, como tomándose un descanso. Zarautz y su impresionante playa de dos kilómetros son el epicentro del surf en Gipuzkoa. Muy cerca de allí, hay bonitos pueblos pesqueros como Orio, Zumaia y Getaria, cuna de Elcano, el primer navegante que dio la vuelta al mundo en barco, y sede el Museo Balenciaga. 

Surfista en la playa de Zarautz / Unsplash
Surfista en la playa de Zarautz / Unsplash

Manzanas y patrimonio gastronómico

Colindando con San Sebastián, están Astigarraga y Hernani, capitales de la sidra vasca. El ritual del txotx acerca a los vascos a las sidrerías para degustar la sidra de la temporada, antes de que se embotelle, y los típicos menús basados en tortilla de bacalao, chuleta de buey, nueces, queso y dulce de membrillo. Son restaurantes ubicados habitualmente en los mismos caseríos en los que produce la sidra, rodeados de manzanales. Un verdadero patrimonio de la cultura gastronómica de los vascos.