Pep Guardiola lo ha vuelto a hacer. El mejor entrenador que hay, sin discusión, ha vuelto a demostrar que es un genio y ha colocado a su Manchester City en una final de la Champions por primera vez. El técnico de Santpedor espera sumar un nuevo título a su impecable currículum, y ya espera rival en la final después de eliminar al PSG en semis. Este martes se disputó en el Etihad Stadium la vuelta en un partido donde no hubo color. O sí, el azul celeste del conjunto inglés, que fue amo y señor de la pelota, que la hizo mover como quiso y que no sufrió nada ante Neymar y compañía.

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Pep Guardiola celebrando el triunfo del City / @mrpepguardiola

El City ha llegado a la final con el estilo que Guardiola lleva tiempo dándole. El juego de los De Bruyne, Foden, Gundogan o Mahrez hace caer la baba a los que nos gusta este tipo de fútbol y son muchos los que nos hemos alegrado de que su equipo pueda optar a la copa. Entre estos, sin embargo, no está Susana Guasch.

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Pep Guardiola y Susana Guasch / La Sexta

La periodista catalana tiene atravesado al técnico catalán. Se le nota de una hora lejos que no comulga ni con su pasado culé ni con sus convicciones independentistas ni con su estilo de juego. Hace tiempo lo criticó por no querer hablar para la radio donde trabajaba y hacerlo sólo para algunas televisiones como TV3: "Es su altavoz para poder hablar de sus lazos amarillos y esas cosas que a él le gustan". Y todavía hace menos que queriendo menospreciar al entrenador del City, recibió una de las galletas más descomunales que se recuerdan en un plató de televisión, por parte de Jorge Valdano, que alucinaba viendo como Guasch trataba de poner a Guardiola a la altura del betún:

Valdano reía para no llorar. Guasch supura bilis anti Guardiolista y no lo puede evitar. Y en el programa en Movistar+ posterior al nuevo éxito del conjunto dirigido por Guardiola, ha vuelto a intentar rebajar lo que para el resto de los espectadores son elogios y caerse rendidos a una idea, un estilo y un juego que enamora. ¿Cómo? Diciendo que el City jugó a la contra. Cierto que el segundo gol fue una contra de libro, perfecta, pero reducir el juego que hicieron los ingleses a eso es, no sólo mentira, sino también, ridículo.

La red alucina y moja pan:

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