El romance entre Ana de Armas y Tom Cruise sorprendió desde el primer momento. Fue intenso. Fue rápido. Y, según fuentes cercanas, también fue complicado. Lo que empezó como una colaboración profesional terminó convirtiéndose en una historia que dio la vuelta al mundo. Pero su final fue tan inesperado como su comienzo.
Su relación había surgido durante la preparación de las exigentes secuencias acuáticas del rodaje de Deeper. Pasaban muchas horas juntos. Demasiadas para algunos. Según personas del entorno, entre ellos nació primero un respeto profesional. Después llegó algo más. Una chispa. Un interés creciente. Tom Cruise, aseguran quienes lo vieron de cerca, quedó “completamente cautivado” por la actriz. Para él, fue un flechazo inmediato. Para ella, los sentimientos fueron apareciendo lentamente.
Los distintos presuntos motivos que llevaron a la ruptura entre Ana de Armas y Tom Cruise
Ana disfrutaba de la compañía del actor. Lo encontraba divertido, cercano y, sobre todo, apreciaba que él la apoyara en cada decisión profesional. Ese respaldo la hizo sentirse cómoda y acompañada. Sin embargo, no todo se desarrolló al mismo ritmo.
De acuerdo con lo publicado por la revista estadounidense US Weekly, la ruptura fue decisión mayoritariamente de Ana de Armas. Las cosas iban demasiado rápido. Demasiado para ella. Según estas fuentes, comenzó a sentirse incómoda con la velocidad a la que avanzaba la relación. Necesitaba espacio y tiempo.
La actriz tenía además otro desafío: el trabajo. Nuevos proyectos y responsabilidades. Un calendario apretado que, según quienes conocen a la pareja, añadió presión a un romance ya de por sí intenso. Ese exceso de tensión habría sido uno de los factores clave que la llevó a detener la relación.
Viviendo distintas etapas de la vida
Algunos medios norteamericanos incluso han llegado a hablar de diferencia de gustos en la intimidad. Uno era más tradicional y al otro le gustaba más experimentar. El resultado: una serie de incompatibilidades insalvables en sus respectivas etapas de la vida.
Aun así, quienes están cerca de ambos aseguran que entre ellos sigue existiendo afinidad. Que el cariño no se ha ido. Que la conexión continúa. “La puerta no está totalmente cerrada”, afirman desde este entorno. A ella todavía le gusta mucho y siguen teniendo conexión. Verán cómo se desarrollan las cosas en el futuro", añaden. Podría haber un reencuentro. Podría no haberlo. Por ahora, nadie lo sabe.
Lo que sí parece claro es que ambos desean mantener una amistad. No hay rencor ni reproches públicos. Solo la necesidad de un paso atrás para respirar. Para mirar con perspectiva. Para escucharse a sí mismos.