El diario 'El Mundo' nos ha ofrecido una nueva dosis de su odio visceral contra Catalunya, el independentismo o los presos políticos. Son los tres temas estrella de su redacción, especialmente los fines de semana, cuando publican sus artículos más hiperexcitados. Ellos, sin embargo, los consideran análisis y reportajes en profundidad. Pero la única profundidad de la mayoría de estos textos es la que han tenido que alcanzar visitando diferentes cloacas para obtener datos y hechos como los que utilizan a la hora de intoxicar e intentar destruir, en este caso, a los 7 políticos y activistas independentistas que el estado español tiene encerrados en la prisión de Lledoners. Un 'hotel' de lujo donde Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Jordi Cuixart, Raül Romeva, Jordi Turull, Joaquim Forn y Josep Rull no cumplen meses y meses de prisión preventiva, no: Es un oasis donde los privilegios son constantes: "Callos, regalos, servilismo y más de 50 visitas al día," por ejemplo.

raul romero y presos almeces

Presos Políticos Lledoners Òmnium

La retahíla de supuestas evidencias de trato de favor a los encarcelados por motivos políticos es interminable a la vez que nauseabunda. Un retrato sesgado basado en "fuentes sindicales y de un puñado de informes internos firmados por dos de «los Malos»", el nombre por el cual aseguran que se conoce a los funcionarios que se oponen al presunto trato diferencial. La cantinela que extendieron recientemente con la visita de Risto Mejide a Romeva, desmentida por el propio presentador de televisión, pero aumentada y ampliada. Atención médica exclusiva, menús vip elaborados por chefs como Ada Parellada, salidas de la prisión no autorizadas, fiestas de cumpleaños... Si son capaces de soportar la tortura moral e intelectual del artículo en cuestión, descubrirán una abanico infinito de 'revelaciones', cada una más indignante que la anterior. Las redes no se han cortado a la hora de expresar el asco que produce el artículo.

Por lo tanto, y según el diario, ya lo saben: Eso no es una prisión, es un centro de recreo o un aquapark dónde hacer natación. Y lo dicen, curiosamente, a las puertas de la sentencia. Gasolina y más gasolina. "Aquí todo se apaña", asegura la autora de este artículo en palabras de uno de los funcionarios "garganta profunda". De apañar saben un rato: textos, condenas y acusaciones falsas. Ah, y de desinformar, también.