Karlos Arguiñano no se puede entender sin Luisi Amestoy, su mujer con la que ha levantado el restaurante de Zarautz que lo ha hecho famoso hasta ser el gran cocinero de la TV, superando a todo el resto por estima, carisma y longevidad. Arguiñano es líder cada día en Antena 3 como Marc Ribas lo es en TV3 a otra hora. Son programas diferentes, estilos diferentes para una receta bien explicada. Luis Amestoy no es famosa pero también ha levantado otra gran cosa: la familia. El matrimonio tiene siete hijos, sin ser ultra-religiosos. Eran otras épocas en que todavía era habitual ir teniendo hijos como una alegría sin pensar en el coste. Este domingo en una entrevista en Lecturas, Arguiñano actualiza el número de Arguiñanos, entre hijos y nietos. Ya no son trece nietos, ha llegado el último: ¿Es fácil juntar a siete hijos y doce nietos?. Arguiñano rectifica: "Ya son 14. Por suerte, todos mis hijos y nietos viven en Zarautz ¡tengo mucha suerte! Y cuando hay comida rica, no es difícil [risas]. Cualquier domingo nos solemos juntar unos veinte". Unos veinte quiere decir 23: los siete hijos, los catorce nietos y el patriarca y la matriarca, Karlos y Luisi. El aita y la ama, en euskera.



Los nietos Arguiñano son pequeños pero los hijos Arguiñano son muy conocidos, no por la tele donde solo sale uno, sino por sus profesiones. Los nombres suenan muy vascos: Eneko, María, Zigor, Txarly, Martín, Joseba y Amaia. Los siete hijos tienen de media dos hijos por barba: catorce nietos. Respecto a los nombres de los nietos, como en Catalunya en Euskadi se está imponiendo la tradición de nombres monosilábicos. Arguiñano lo explicaba con su gracia habitual cuando le preguntaron en El hormiguero por los nietos: "Lo que más me está costando son los nombras y además las ponen nombres de ríos africanos". Cuando en Antena 3 lo desafiaron a recordar los nombres se quedó en once. Son Uxue, Bittor (Víctor en euskera), Anne, Kemen (en euskera quiere decir valor, fuerza), Maya, Manex (variante de Juan a Euskadi), Iua, Kaia, Aimar (quiere decir casa fuerte en el País Vasco), Lore, Pam y remató "y otros tres chavales". Hilarante. Los nietos son pequeños pero a los hijos Arguiñano los ponemos cara. Joseba, el repostero, que se dedica también a hacer TV antes a un programa de cocina en Euskal Telebista y ahora compartiendo protagonismo con su padre en Antena 3. Joseba tiene obradores donde hace repostería, elabora pasteles, brioches y postres dulces. Es lo que más se parece a su padre, por desenvoltura delante de los fogones y de las cámaras, y por su físico. Karlos padre y Joseba son muy parecidos:

Ahora vienen otros como Eneko, es el primogénito y es el jefe de sala del restaurante familiar. En la foto de hermanos es el calvo. Tiene 49 años. Después viene Zigor, que hace de cabeza de cocina al mismo establecimiento. Es pues el sucesor directo de su padre, el que cocina en el restaurante familiar, a pesar de no quería ser cocinero, viendo el sacrificio de su padre. A una entrevista confesó "Estudié mecánico naval, pro-bien lo que era trabajar en el mar y me fui en un petrolero. Sabía que cocinar era duro, que no iba a poder disfrutar mí tiempo libre cono mis amigos o hacer surf que practicaba en campeonatos, aunque me gustaba cocinar". Y acabó en los fogones. Le gusta cazar setas.

El cuarto hijo es Martín, el responsable de la parte administrativa de los negocios familiares. Martín es el sucesor de la madre al frente del personal del hotel, el bar, el restaurante: "patrón y guía de nuestro equipo de trabajo, gestiona diariamente la marcha del hotel y el restaurante, cuidando del barco" según explica la web del establecimiento. El quinto hijo chico es Karlos, conocido familiarmente como Txarli, lo único que no se dedica al negocio familiar, la oveja negra. Es director de fotografía de películas como Maixabel de Iciar Bollaín. Confesó que "Me gusta guisar. Aprendí mucho con mi padre. De hecho, en casa de mis aitas, cuando celebramos algo, quizá sea el que más cocine. Para la familia cocina mi padre y como segundo de a bordo suelo estar yo".

Y en minoría, las hijas. Amaia, la viticultora que tampoco quería saber nada de cocinar y estudió ingeniería para trabajar en el mundo del motociclismo, donde el padre invirtió. Ha acabado siendo la responsable de la bodega y las viñas Arguiñano. Estudió Dirección de empresas Vitivinícolas en La Rioja. Y María, que es la única hija no biológica de Karlos y Luisi. En los años 90 el éxito del chef en TVE lo hizo marcharse cuatro años a Argentina a hacer programas. La chica era la asistenta de la casa donde vivía el cocinero vasco en Buenos Aires. Maria aprendió cocina y acabó en Euskadi estudiando para chef y ejerciendo de mano derecha del jefe de cocina, su hermano Zigor. "Ellos son mi familia, son mis padres adoptivos, mis hermanos, trabajamos de igual a igual. ¿Donde podría estar mejor?".
Veintitrés Arguiñano Amestoy. Una gran familia vasca.