Uno de los nombres que anunció Pedro Sánchez para protagonizar la remodelación del Gobierno es el de la manchega Isabel Rodríguez, que aterriza en Moncloa como "flamante ministra de Política Territorial y portavoz", como constata con toda la retranca del mundo Pilar Rahola en el Palabra de Rahola de este lunes 19 de julio. Una de las competencias de la nueva ministra será la relación con las comunidades autónomas, por ejemplo, Catalunya.

¿Y qué ha dicho Rodríguez sobre el conflicto catalán nada más aceptar su nuevo cargo?. Unas palabras "tan despreciativas, tan insultantes y tan inaceptables... como significativas". ¿Cuáles?: "Que nunca, nunca, nunca va a ser posible un referéndum en Catalunya y que deberíamos haber aprendido la lección"...

La ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, recibe la cartera de lo ministro de Cultura y Deportas Miquel Iceta 02 EFE

Isabel Rodríguez, nueva ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno / Efe

Oír eso le ha recordado a la escritora otra frase despreciable del jefe de Rodríguez, un Sánchez que decía que "después del castigo venía el perdón, reduciendo el conflicto catalán a un 'chicos malos, os habéis portado mal, os hemos castigado y ahora os daremos un indultito para ir haciendo boca'". Y Rahola ha estallado: "¿Pero ustedes quienes son? ¿Maestros del florido pensil? ¿La madre superiora pegando con la reglita a los niños malos? ¿Creen que los catalanas somos imbéciles?".

"Esa lección que usted pide no la vamos a aprender nunca", avisa Rahola. "¿Cree que renunciarémos al derecho a la autodeterminación cuando hemos estado 300 años resistiendo? ¿Así empezamos, ministra? ¿Aprender la lección de qué? Vamos bien para la mesa de diálogo", le pregunta Rahola a Rodríguez con todo el sarcasmo del mundo.

Pero sí que los catalanes hemos aprendido cosas, le deja claro Rahola, por ejemplo, que "el estado represor y reaccionario español no tiene ningún problema en reprimir derechos fundamentales sin ningún complejo ni escrúpulo". Pam. En toda la boca. Y la lista de reproches es larga e implacable, antes de acabar enviándola a freír espárragos: "Nueva y flamante ministra, váyase usted a la porra! Pero bien lejos!". Rahola, una vez más, imprescindible: