El universo royal español vive una Semana Santa agitada, y no sería por su devoción católica. De hecho la única miembro de la Familia Real que cumplirá con una de las tradiciones propias de estas fechas será la reina Sofía, a la que veremos en la Catedral de Palma en la misa de Pascua. Lo hará más sola que la una, eso sí. Ya le irá bien, porque según qué compañías tampoco son recomendables, como demostraron hace años en la pelea entre reinas, princesas e infantas. En todo caso, mientras la griega está en Mallorca, el resto va a su aire hacen la suya: el marido Juan Carlos sigue en Abu Dabi sin billete de vuelta, aunque acompañado por las hijas y algunos de sus nietos (incluso con una parte de uno de ellos, Pablo Urdangarin). En cuanto a Felipe, Letizia, Leonor (muy cambiada) y Sofía, están en Madrid con una agenda diferente a la de la abuela. Así pues, diseminados por el mundo, la Corona y sus satélites siguen protagonizando numeritos marca de la casa. Y la que mejor los conoce, sin duda, es una periodista catalana insuperable: Pilar Eyre.

Eyre es un pozo de sabiduría en temas monárquicos y del corazón más selecto. Informada con precisión y valiente como pocas, su teléfono no para de sonar. Todos la quiere en sus programas para tener su testimonio, y no nos extraña. Este fin de semana ha sido el turno de un espacio en lo que no la hemos visto demasiado a menudo, 'La Sexta Noche'. Y una vez más ha cubierto las expectativas con creces. Vestida de un rojo que era fuego puro, ha desembuchado sobre todo aquello que le ha preguntado la entrevistadora Verónica Sanz. El divorcio de Cristina y Urdangarin, las idas y vueltas de Juan Carlos con Corinna y, hablando de vueltas, una que no se producirá: la del emérito huido a España. Pilar insiste: a pesar del runrún de la tropa monárquica, que nadie espere verlo en Madrid tan contento: "Vendrá cuando se produzca el hecho biológico que a todos nos va a tocar".

Rey Juan Carlos acompañado de familia en Abu Dhabi

La curiosa visita de los familiares de Juan Carlos a Abu Dabi: 6 miembros y medio / EP

Hace tiempo que Eyre es una jarra de agua gélida para la moral juancarlista. Cada vez que se animan y le preparan la alfombra roja al huido aparece ella con información contrastada y bien fundamentada que hunde los planes de una vuelta triunfal del Borbón de 84 años. "No va a volver a España, ni siquiera de visita. ¿Tú crees que puede venir y arriesgarse a que le empiecen a gritar y preguntar por Corinna y el dinero? Piensa que tiene un juicio importantísimo pendiente todavía en Inglaterra en el que le están acusando de acoso y de cosas muy feas". Imposible, sentencia. Y quizás es lo mejor que le podría pasar al emérito, la verdad. Pero vaya, que las palabras de la periodista barcelonesa indignan a sus seguidores y vete a saber si al propio protagonista, porque le chafa la guitarra sin miramientos. Conociendo las acusaciones de acoso de Corinna a su examante, sorprende que todavía no haya movido los hilos para evitar sus intervenciones en medios de comunicación. Anoche estuvimos cerca de vivir una situación como esta: un pequeño sabotaje y un susto puso en peligro su aparición a medianoche.

Pilar Eyre y Veronica Sanz La Sexta Noche

Pilar Eyre con Verónica Sanz en 'La Sexta Noche' / La Sexta

Que nadie se alarme: primero porque el incidente no era trágico, y segundo porque tuvo final feliz. El caso es que Eyre sufrió un problema grave con su vestuario: no podía cerrar la cremallera de su vestido, situada en la espalda, a la distancia justa para evitar que sus brazos pudieran cerrarla. Y claro, salir en antena de esta manera no era aceptable. Los nervios de la catalana se dispararon por la desaparición del personal del programa en el peor momento posible: nadie estaba allí para ayudarla. Pilar envió un S.O.S. "Ay, Dios mío, ¿cómo se hace para subir una cremallera cuando estás sola?". No sabemos si el tuit hizo despertar al equipo de vestuario y producción de La Sexta, pero lo que sabemos es que Eyre pudo salir adelante y entrar radiante a plató. Quizás los consejos de sus seguidores la ayudaron, ofreciendo soluciones in extremis.

Si la Casa Real española no ha podido hacerla callar, las cremalleras pueden seguir soñando. Como sueña Juan Carlos con Sanxenxo, las regatas, los toros y los festines. Brava, Pilar.