Los relatos de personas que enfrentan sus últimos días de vida se han convertido en un verdadero misterio para la ciencia y en un torbellino de emociones para sus familias. Pacientes con cáncer terminal han compartido sueños que parecen más que simples ensoñaciones: auténticos encuentros con seres queridos fallecidos, escenas de despedida y visiones de un “viaje final”. Uno de los casos más conmovedores fue el de Jeanne Faber, una mujer de 75 años que aseguró ver a sus padres y familiares ya muertos, rodeándola con calma y ternura, en un sueño que tuvo pocos meses antes de fallecer por cáncer de ovario.

“Estaba acostada en la cama y la gente caminaba lentamente a mi alrededor. No conocía a las personas que estaban a mi derecha, pero todos fueron muy amables y tocaban mi brazo y mi mano cuando pasaban cerca. En el otro lado había gente que conocía. Estaban mi madre y mi padre, mi tío. Todo el mundo que conocía que había muerto estaba allí. Los únicos que faltaban eran mi marido y mi perro, pero sabía que iba a verlos”, reveló. En sus palabras, no se trataba de un delirio, sino de una experiencia profundamente real, como si le estuvieran preparando el camino.

Sueños de moribundos: una ventana al más allá o simples alucinaciones

Los especialistas en cuidados paliativos señalan que estos fenómenos son sorprendentemente comunes. Se les conoce como fenómenos del lecho de muerte y suelen intensificarse cuando el final está cerca. En ellos, los pacientes describen escenas que van desde reencuentros con familiares hasta preparativos para un supuesto viaje. Aunque podrían confundirse con las experiencias cercanas a la muerte (ECM), los expertos aseguran que son diferentes: mientras las ECM ocurren tras un paro clínico, los sueños de los moribundos aparecen días o semanas antes del deceso. Lo más perturbador es que la mayoría de quienes los experimentan los describen con lujo de detalles, como si hubieran vivido algo más tangible que un simple sueño.

Un estudio realizado por el doctor Christopher W. Kerr en el Hospice Buffalo reveló que el 80% de los pacientes terminales tiene sueños reconfortantes, pero un inquietante 20% revive traumas de su pasado con una intensidad que hiela la sangre. Uno de los testimonios más impactantes fue el de un veterano de la Segunda Guerra Mundial, que revivía el desembarco de Normandía en sus ensoñaciones, hasta que finalmente soñó con un soldado muerto que le anunció: “Van a venir a buscarte la semana que viene”. Murió dos días después.

Visiones al borde de la muerte: consuelo o pesadilla

La ciencia aún debate si estos episodios son visiones auténticas o simples delirios provocados por el deterioro físico y neurológico del paciente. Investigadores como el neurocientífico Tore Nielsen apuntan a que los sueños de los moribundos son el resultado de emociones reprimidas que resurgen con fuerza en los últimos días. Sin embargo, otros médicos se muestran reacios a clasificarlos como alucinaciones sin más.

En algunos casos, las visiones son tan vívidas que los pacientes interactúan con ellas estando despiertos. Una enfermera relató cómo una mujer de 92 años, al borde de la muerte, hablaba con su hermana fallecida y hasta señalaba el lugar del sofá donde, según ella, “la visita” debía sentarse. Para los médicos más escépticos era un síntoma de delirio, pero para otros especialistas fue un momento sagrado que no debía ser interrumpido.