Mario Casas no sabe cuántas veces ha acudido a El Hormiguero. Pablo Motos es un gran fan, por lo que invita al actor a plató siempre que tiene alguna novedad. Pues bien, este lunes ha ayudado al programa a empatar en audiencia con la última hora de GH gracias a un bueno 8,8% de share.

El viernes llega al cine su última película, El fotógrafo de Mauthausen, en la que interpreta al catalán Francesc Boix -que captó unas duras imágenes de las torturas de los nazis en el campo de concentración-.

El papel obligó a Mario a perder mucho peso, lo que ha centrado una buena parte de la entrevista: "Estuve cuatro meses a dieta comiendo brócoli y claras por la mañana, un poco de piña por la tarde y pescado para cenar. Todo complementado con chicles".

¿Lo que más ha echado de menos? La bollería industrial: "Los Donettes, los Filipinos... Ahora me he enganchado a los helados de Haagen-Dazs con galletas de dinosaurios, que están buenísimas y me hacen volver a mi infancia". Ante eso, Motos empezó a picarle: "Y después te envían Donettes a casa ¡y no me envías ninguno! ¿Puedes explicar en la audiencia por qué eres tan avaricioso?".

Este sólo fue el primer zasca, por eso. Poco después el actor explicó divertido que el equipo de maquillaje le pusieron orejas de soplillo. ¿Cómo reaccionó Motos? Con un insulto muy gratuito: "¡Qué gilipollas sois los guapos!".

A partir de aquí empezó una entrevista más incómoda, que tuvo el punto álgido cuando el presentador interrogó al invitado sobre el significado de sus tatuajes. "Es un poco íntimo", replicaba Casas. Pero Motos siguió insistiendo hasta que fue muy evidente el cabreo del actor.

mario casas 2 el hormiguero

Clica para ver el vídeo / Antena 3

Al despedirse también se notó bastante frialdad, ya que Mario Casas no fue muy afectuoso con Pablo Motos... ¿Volverá a plató? ¿Habrá sido incómodo o sólo es una sensación de los teleespectadores?