Llega el mes de julio y El Hormiguero cierra el chiringuito y cuelga el cartel de vacaciones. Final de una temporada atípica, que entre mayo y junio se ha emitido sin público ni invitados por la crisis del coronavirus. Con la caída del estado de alarma, en las últimas dos semanas Pablo Motos ha podido llenar el plató con un tercio del aforo (y medidas sanitarias estrictas) y ha empezado a recibir entrevistados. Este jueves, con Karlos Arguiñano para despedir a los espectadores hasta septiembre.
Antena 3
Acostumbrada como tiene siempre a la audiencia a su buen sentido del humor y una interminable lista de chistes, el cocinero vasco sorprendió a todo el mundo cuando se abrió en canal para explicar un drama familiar del que habla bien pocas veces, la muerte de sus dos primeros hijos. El presentador valenciano no se lo esperaba cuando le soltó: "Hay que celebrar la vida y que ahora podemos juntarnos con los nuestros, en tu caso creo que os habéis reunido 750.000 (...) Sois muy fértiles y aficionados a serlo". Entre hijos y nietos suman 27. Pero antes de formar a una familia tan extensa, Arguiñano y su mujer atravesaron una experiencia trágica: "En mi casa hubo ocho partos, aunque los dos primeros se nos murieron con siete meses. Se nos murieron dos niños. Siete meses y nacieron muertos".
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Testimonio conmovedor. El chef recordó también la profunda tristeza de su mujer y como él intentaba consolarla: "Mi mujer lloraba y lloraba. Yo la animaba diciéndole ‘tienes a un pedazo de marido y esto se intentará las veces que haga falta’". Y así fue. "Luego vinieron otros seis y una que tengo adoptada, pues ya son siete". Arguiñano y su mujer ahora tienen una familia numerosa. Después de narrar su dolorosa historia, el guipuzcoano recuperaba la sonrisa que lo caracteriza y volvía a bromear: "Todos emparejados y con niños, menos mi hija. Me falta aprender los nombres".