Isabel Preysler es, desde hace décadas, una máquina de hacer dinero. Es la mujer anuncio más famosa, la reina de las revistas del corazón, la socialité más top del panorama español. Con la irrupción de su hija Tamara Falcó ha perdido comba, pero ya saben aquello de "quién tuvo, retuvo". Todavía tiene gancho para marcas y anunciantes, que le ofrecen contratos jugosos para tenerla como imagen. Alguien debe pensar que es una gran idea, pero parece que se equivoca. Hay un problema: ni vivimos en los 90 ni anunciar baldosas o bombones tiene nada que ver con convertirte en reclamo de una plataforma audiovisual que busca nuevos suscriptores. El mercado ha cambiado, el target también, y las reacciones te pueden costar un disgusto. Uno muy caro porque la filipina nunca está de rebajas, claro.

Disney+ ha publicado orgullosa el futuro estreno de una serie con Isabel, que debuta en este terreno tras su cameo en el documental de su hija en Netflix. O tenía envidia o la pasta que pagaron a la futura esposa o no de Íñigo Onieva le hizo abrir los ojos como un dibujo animado. Muy apropiado tratándose de la factoría Disney, por otra parte. El reino de la fantasía infantil, sin embargo, está provocando pesadillas y terrores nocturnos en adultos, chiquillos y gente talludita, con la amenaza de enseñarnos punto por punto cómo vive "la época más especial del año" en Villameona. ¿Qué época? Evidentemente no será la época de la ruptura con Mario Vargas Llosa, ni la de los cuernos y bodorrio con Onieva, no. Están hablando de la Navidad, que ya sabemos cómo las gastan. El anuncio nos hace venir dos preguntas. La primera: ¿hace falta? La segunda: ¿se tiene que anunciar ahora, cuándo quedan 8 días para estrenar el mes de junio? El cuadro provoca estupor.

Isabel Preysler y Tamara Falcó regalos Navidad @tamara acuño
Isabel Preysler y Tamara Falcó celebrando discretamente la Navidad / @tamara_falco

La Preysler, irreconocible en la foto publicitaria de su nuevo documental en Disney+

Ahora bien, si hablamos de conmoción, no podemos dejar de lado la fotografía imposible que la casa de Mickey Mouse ha escogido para cebar el formato. Imposible porque Isabel Presyler, con 72 años, todos los exmaridos del universo y récord Guiness de retoques estéticos, no es la señora que sale en la imagen. Ésta debe haber sido creada por Inteligencia Artificial, o es el resultado de una intensísima sesión de photoshop que habrá requerido una división entera de animadores de la factoría. Recuerda al original, pero cualquier semejanza es pura coincidencia. Se han pasado. Haremos las comparaciones oportunas para que no digan que lo afirmamos sin pruebas.

ISABEL PREYSLER EN DISNEY:

ISABEL PREYSLER EN LA VIDA REAL:

Isabel Preysler y Mario VArgas Llosa GTRES
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa / GTRES
Isabel Preysler GTRES
Isabel Preysler / GTRES

Repulsión generalizada contra Isabel Presyler

El tuit ha provocado un auténtico terremoto en redes sociales, la gente está dividida. ¿Entre qué? Pues entre la incredulidad por la efigie que aparece en la pantalla y por la repulsión que provoca el fichaje entre los clientes de la plataforma. Como ya pasó con Victoria Federica anunciando gafas, los gurús del marketing demuestran pocas luces. En un mundo de feedback, comentarios y reacciones, las que recoge la filipina son para taparse: "¿ Esa es la Preysler? Buah, chaval. Los efectos especiales son la releche", "¿hay algo de foto en vuestro Photoshop?", "¡qué feliz estoy de haber cancelado mi suscripción este mes y para siempre!", "hoy en “cómo cavar mi propia tumba"", "no lo vería ni aunque me regalaran la suscripción", "quitáis catálogo interesante para luego meter esta mierda, haceoslo mirar", "nos va a contar como casarnos con un empresario y a vivir del cuento?", "después de blanquear a la fachuza ultracatólica de su hija, ahora haced lo propio con la madre del monstruo"... Para catálogo, este.

Disney es la casa del sueños, de animalitos, princesas y aventuras. También de brujas maléficas y dramas compartidos por muchas generaciones. Isabel apunta a esta última categoría.