Nunca una foto ha ilustrado mejor lo que iba a pasar. El "5" que hace Arrimadas con la mano parecía una premonición del fracaso que sería su entrevista en TV3. Ella vaticinaba un 5, y casi que lo acierta de lleno. "Cambiaré de canal". Esta era la frase más repetida a lo largo de la semana por los espectadores de Televisión de Catalunya. Desde que se supo que este domingo el director de TV3, Vicent Sanchis, entrevistaría a la jefa de la oposición, Inés Arrimadas, la red se ha llenado de comentarios similares al entrecomillado por parte de espectadores que ya avisaban de que a la hora que se emitiría la entrevista tendrían sesión de capoeira, se tendrían que depilar los pelos del cuerpo uno a uno o tendrían que salir a pasear al perro.

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Y eso es lo que ha pasado. Quién siembra vientos recoge tempestades, y la crispación, la ira, los ataques continuados de la líder de Cs y sus acólitos a Catalunya ha obtenido los frutos de su estrategia contra la televisión pública catalana. Albert Rivera despreció TV3 y Lídia Heredia no hace mucho yendo a Els matins, la misma Arrimadas soltó toda su bilis contra el Polònia por un gag parodiando el adoctrinamiento en Catalunya y en la entrevista con Sanchis, la actitud de la política fue en la misma línea.

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La arrogancia y la crítica continuada a una televisión que, dice, no da voz y voto a los que no son indepes, en el colmo del paroxismo al ser precisamente ella quien estaba diciendo eso delante de las cámaras, no fue bastante reclamo para los espectadores. Seguramente porque ya se veían venir lo que se encontrarían: el mismo discurso de siempre dirigido exclusivamente a que sus palmeros fueran repitiendo el mantra de siempre: TV3 mala, TV3 caca. Lo que fue un bluf fue el resultado de audiencia que alcanzó el cara a cara entre los dos: un enclenque 6,7 de share, con sólo 178.000 espectadores que aguantaron estoicamente delante de la tele. No la vieron ni sus votantes.

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Una cifra penosa que tendría que hacer reflexionar a más de uno. Si Arrimadas quería llegar a la gente, no llegó ni al bloque de pisos que hay al lado de los estudios de Sant Joan Despí. Si Arrimadas quería convencer a otra parte del electorado, estos se lo dejaron del todo claro, empezando por Quim Monzó y acabando por Toni Soler, que ya anunció que a aquella hora estaría mirando la visita de Calleja a Andrés Iniesta en Cuatro:

El público prefirió otras opciones televisivas antes que soportar una hora de entrevista a la "furiosa" Arrimadas, por ejemplo, viendo a la "Imperator Furiosa" Charlize Theron en Mad Max, la cocina de Masterchef Celebrity, GH VIP o el Salvados de Évole hablando sobre Catalunya, que curiosamente le dobló la audiencia (12,8). Sólo un dato más que no gustará nada a Arrimadas. ¿Saben cuánto hizo la entrevista de Vicent Sanchis al presidente de la Generalitat Quim Torra, el pasado 3 de junio?... Un 19,6% y 564.000 espectadores. Tres veces más. No hay más preguntas, señoría.