Desde hace una temporada el ambiente que se respira en Mediaset es de histeria, de urgencias y de caos. Bien, y de fracaso. De liderar con mano de hierro han pasado a formar parte del pelotón perseguidor, a menudo perdiendo rueda y estampándose contra la cuneta con diferentes propuestas. Uno de los batacazos más sonados fueron las campanadas de Fin de Año, con un paupérrimo 6'5% en Telecinco y otro irrisorio 1'6% en Cuatro. La distancia con los líderes Antena 3 y TVE fue sideral. La pareja escogida, Risto Mejide y Mariló Montero, resultaba un fiasco. Perder era previsible, sí, pero con tanta diferencia hizo daño. Y como que además Mejide metió la pata hasta arriba haciendo comentarios lamentables contra Ana Obregón y Cristina Pedroche, el grupo audiovisual se cubrió de gloria.
La mayoría de las culpas fueron dirigidas al presentador catalán, pero pocos hablaron de su compañera Mariló. ¿Por qué? Básicamente porque televisivamente es irrelevante. No interesa más allá de determinados círculos ideológicos... y por tener aura de personaje del colorín. Y ya. La productora La Fábrica de la Tele la fichó de manera sorprendente para acompañar a Risto en el 'Todo es Mentira', hinchando las expectativas, poniéndole una alfombra roja y haciendo la ola como si fuera una estrella del pop. Incluso empezaron a jugar al rollo amoroso con Risto, recientemente separado de Laura Escanes. La ex de Carlos Herrera llegaba para cubrir la baja por maternidad de la copresentadora Marta Flich, pero parecía que nadie la sacaría de aquel plató y de aquel programa, cada vez más escorado hacia la derecha más rancia. No sabías si era Cuatro o 7NN, la tele ultra y agonizante de Toni Cantó. Total, que el experimento parecía haber funcionado. Las audiencias no eran mejores, pero al menos no había hundido el barco. El premio, las campanadas. Y después, el precipicio.
Mariló Montero, fuera de Mediaset 2 días después de estrellarse con las Campanadas... y una semana antes de denunciarlos por espionaje
Aquella resaca fue pastosa y molesta, sí, pero el día 2 de enero todo el mundo tenía que volver a su trabajo habitual y nada hacía presagiar lo que estaba a punto de pasar. El 'Todo es Mentira' empezaba sin Mariló, pero sí con Marta Flich, que avanzaba 3 meses su retorno... o lo que es lo mismo, acortaba su baja. Había dado a luz el mes de noviembre, no estuvo ni 8 semanas fuera. "Tenía muchas ganas de volver", explicaba Marta, pero vaya... sonaba sospechoso. Unas sospechas que 9 días después se confirmaban: aquí había pitote y de los gordos. Mariló Montero acababa de denunciar a la empresa de Risto y de Jorge Javier Vázquez en el marco de la Operación Deluxe, el caso de presunto espionaje ilegal a más de 100 famosos. No hay azar ni casualidades, esto es una guerra.
La pulla brutal de Mariló a la productora de Risto y Jorge Javier desde 'El Hormiguero'
La batalla tiene varios frentes, y Montero los está exprimiendo para ejecutar su venganza. Del judicial al mediático. Anoche fue a 'El Hormiguero' de Pablo Motos, en Antena 3. Vaya, a la competencia hasta hace 3 meses. La navarra forma parte de las 4 finalistas de 'El Desafío', espacio que se emite el mismo día y a la misma hora que uno de los programas más conocidos de La Fábrica de la Tele: el 'Deluxe'. Mariló lanzó una pulla insinuando que Telecinco manipula los datos de audiencia o que alguien los maquilla. El programa de Roberto Leal, producido por propio Motos, siempre gana. Pero según la opinión de Montero la diferencia sería mayor que la que nos explican. "Por mucho que la competencia alargue los horarios, no salen las cuentas", ha sido la frase utilizada. Un fraude, gato encerrado.
Mariló haciendo puntos para conseguir paguita en casa de Motos. No nos extrañaría. Los paracaidistas son así.