Ya está. Ha acabado la octava temporada de Com si fos ahir, un culebrón del cual reniega de ser considerado culebrón y ha evitado todos los principios que hacen atractivo un culebrón. Cuando todo el mundo esperaba que el último capítulo fuera un subidón de las tramas, un final sorprendente y apoteósico y un gancho para quedar atrapados hasta septiembre, como un signo de complicidad con el espectador, un nos reencontramos en septiembre para resolver tantas dudas, la serie ha acabado sin más, sin ganchos, sin cliffhangfer, nada colgando de un precipicio. Todo cerradito y mal cerrado. Para los que adoran las series costumbristas, las pelis de Cesc Gay, los finales musicales y los personajes que charlan, un buen capítulo. Fue líder de audiencia, como casi siempre, un 19,9% y 273 mil espectadores. Los mismos que la miran al mediodía.
La octava temporada ha tenido 218 capítulos de septiembre a julio. Casi lo mejor ha sido ver a Mercè Arànega volver al serial del mediodía desde el suyo El cor de la ciudad. Hay que confiar en que no sea un personaje tan efímero como el de Mercè Comas, a la cual mataron en los pocos capítulos de la 8.ª. De entre los muchos actores jóvenes que ha contratado TV3 para la octava, EN Blau tiene especial predilección por el papel efímero que le concedieron a Anna Senan. Hizo de Lluna, una de las muchas amantes de Eugeni. Su trama era la mejor y se ha desinflado, prometía mucho y ha acabado en nada, el polígamo castigado y las amantes discutiendo sobre el número de orgasmos que obtenían a cada coito. Anna Senan ha aprovechado el mismo fin de semana que acaba la serie en la cual ha participado para celebrar su boda. El novio, ya marido, es otro actor recurrente de TV3, Octavi Pujadas.
Ya somos marido y mujer escribe Octavi Pujades mostrando al día siguiente de la boda, el domingo por la mañana, en la piscina los novios luciendo anillo y cuerpos esbeltos. "En ver esa mando, esposa mía," y se dan el beso que todo el mundo quiere a las bodas. La foto de los novios vestidos de novios durante la ceremonia no la ha colgado ninguno de los dos contrayentes sino un amigo invitado al enlace, que escribe unas palabras preciosas sobre la amistad tardía, pasados los 50 años. Hay que recordar que la novia tiene 31 años y el novio 51. Es la segunda boda del actor catalán. El amigo dice: "Habían pasado las cuatro de la mañana cuando Octavi Pujades dio con la clave: Dijo que había personas que podías conocer y tener la certeza de que hubieran sido tus amigos en cualquier momento de tu vida en que te los hubieras encontrado. Lo decía con pena por habernos conocido alrededor de los cincuenta y a la vez con alegría de que hubiera sido a tiempo de compartir uno de los días más importantes: Su boda con Anna Senan. Yo había pasado las cuatro copas, pero lo vi más claro que lo del spa: Ya sean los amigos con los que compartí el viaje, las maravillas con las que me reencontré o la familia que nos abrió sus brazos, yo también tengo la certeza de que seguiremos celebrando mucho tiempo".
Se casaron en una masía en el Penedès, Can Bonastre, en Masquefa a 39 km. de Barcelona. Un buen lugar para celebrar el amor. Viva los novios.