La familia real ya hace días que vuelve a estar reunida, con Felipe, Letizia y las hijas muy juntos, después de tener a la mayor de marinera a bordo del Juan Sebastián Elcano y a la pequeña acabando su bachillerato en Gales. Ahora, unos días de vacaciones juntos, antes de que después del verano la heredera continúe con su formación marcial, ahora en la academia del aire en Murcia, y la infanta empiece sus estudios de Ciencias Políticas y Relaciones Institucionales en Lisboa. Como siempre, el destino escogido por los monarcas y las niñas para esta escapada veraniega será un secreto, no trascenderá, como suele pasar cada año. La que sí es pública y notoria es una cita marcada en rojo en el calendario Borbónico de cada verano. Una cita que se repite verano tras verano, con más o menos pompa y circunstancia, y desde hace unos años, sin el polémico Juan Carlos.

Hablamos del tradicional posado del verano de Felipe y Letizia en Marivent. Aquella recepción casposa a las autoridades baleares, donde los monarcas hacen el paripé, con la reina Sofía al lado, con su hermana, la tía Pecu, Irene de Grecia, y se espera que este año, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Una recepción donde en teoría, dan por inaugurada la temporada con respecto a las vacaciones de la jet set en Palma. La familia real irá hacia allí el primer fin de semana de agosto para afrontar el lunes 4 a las ocho de la tarde la recepción en el Palacio de Marivent. Antes, sin embargo, Felipe se dejará ver por el Real Club Náutico el sábado 2 para participar en la Copa del Rey de vela y Letizia presidirá al día siguiente, el domingo 3, la clausura de la Atlántida Film Fest de cine, una cita cultural que le encanta. Y cómo decíamos, el lunes 4, la recepción en Marivent. Y este año, se ve que con novedades que no han sido demasiado bien recibidas.

Los jardines del histórico palacete, engalanados para recibir a la creme de la creme de la sociedad balear. Muchos invitados asistirán a la recepción, deseosos de salir en la foto con los monarcas y de ser recibidos en el besamanos. Muchas autoridades, muchos prohombres de ses illes, que esta vez saben que podrán ir diferentes. Y es que como dicen en Lecturas, "Con el paso del tiempo, don Felipe y doña Letizia han ido adaptando estos días de vacaciones y el último cambio ya se ha hecho público". Un cambio que ha sido recibido con reservas. Hasta ahora, recuerda la mencionada publicación, la recepción veraniega en el Palacio de Marivent exigía un severo protocolo de vestimenta y conducta: "máxima puntualidad, traje oscuro para los hombres y vestido de cóctel para las mujeres"... Pues ahora, esta particularidad se reducirá a personalidades políticas del Gobierno Balear. Ahora tienen la intención de que la lista de invitados sea diferente y variada, y que el código de vestimenta sea más relajado que de costumbre.

La principal novedad, dice Lecturas, es que "los hombres podrán acudir con guayaberas o camisas claras, y a las mujeres se les permitirá un estilo más informal". ¿Qué implican estos cambios? Según una experta en protocolo y etiqueta, consultada por este medio, estas novedades de cara a la recepción veraniega real, puede llevar imágenes peculiares, en el mal sentido de la palabra. ¿Modernidad y ambiente veraniego? Sí, sin embargo "esta informalidad consentida conlleva el riesgo de vaciar de significado el ritual real". Y no solo eso, sino que además, el riesgo de no marcar un dress code podría provocar cierta ambigüedad: "¿Cómo distinguir lo adecuado de lo demasiado casual? Una guayabera puede evocar frescura, pero también transmitir falta de respeto si su tejido o corte es demasiado playero. Esta excesiva informalidad puede traer consigo una pérdida de ritualidad monárquica, ya que, la etiqueta tiene un propósito: marcar solemnidad. Al flexibilizarla, se corre el riesgo de banalizar un acto tradicionalmente considerado representación del Estado".

Vaya, que el próximo 4 de agosto podemos asistir a un desfile de looks horteras e inapropiados para un acto como este. Y la bofetada todavía es mayor cuando pregunta a los monarcas por qué, "si el objetivo es generar empatía con el pueblo, ¿por qué no fomentar la reutilización, el apoyo a moda local o reciclaje? Evitar únicamente vestir de cóctel no garantiza un gesto de modernidad con transcendencia". No se podía decir más claro.