El retorno de Gran Hermano VIP pretendía ser la gran apuesta de una Telecinco en horas bajas al inicio de la temporada televisiva. La vuelta triunfal de un formato que hacía cuatro años que estaba en barbecho, con un cambio de presentador y un casting que, inicialmente, prometía mucho. Además, un premio mayor que en las últimas ediciones que se habían emitido: 150.000 euros en metálico.

Sin embargo, demasiado pronto empezó todo a torcerse. Oriana Marzoli, uno de los perfiles que más prometía en la que era su segunda oportunidad, volvía a abandonar voluntariamente —ella niega que fuera así, pero nos ceñimos a la versión oficial— y de manera repentina después de pasar solo dos semanas en Guadalix. La cantante Karina, de 76 años, también prefería salir de la casa después de 24 días y admitiendo que no tenía fuerzas para esta aventura.

plató gh vip telecinco
Gran Hermano VIP. / Telecinco

Ningún problema, ya que eso hacía surgir la oportunidad de incorporar nuevos perfiles al programa para captar más audiencia. Los escogidos fueron Naomi AsensiLa isla de las tentaciones- y el polémico tertuliano José Antonio Avilés. Ha sido este último quien ha puesto la casa del revés. Y es que mientras los participantes habían preferido no tocar el dinero del premio a pesar de las incontables tentaciones del programa para obtener beneficios, él pujó la impactante cifra de 10.000 euros solo para poder tener un jamón. Los compañeros estallaban en un pánico generalizado que acabaría con la modelo Jessica Bueno subiendo la desorbitada cantidad a pagar hasta 75.100 euros por sentir la voz de los hijos. Minutos después, el mismo Avilés gastaba 12.000 euros más para salvarse del nombramiento. Un despropósito que, desgraciadamente, solo fue la génesis del desastre.

En las últimas horas, a los abandonos de Oriana y Karina se sumaba el del patinador Javier Fernández, que después de 41 días dentro de la casa prefería hacer las maletas y salir por la puerta pequeña. Una lástima. O no, porque ha pasado sin pena ni gloria por el 'reality'. En cualquier caso, la vida seguía para todos ellos. O casi todos, porque unas horas más tarde tendría lugar la enésima hecatombe de la película.

En la madrugada del 2 de noviembre, la organización del concurso publicaba un comunicado en las redes sociales: "ÚLTIMA HORA. Tras incumplir las normas de conducta exigidas en Gran Hermano, Álex y Gustavo han sido expulsados disciplinariamente del concurso. En la gala de este jueves se mostrarán las imágenes que nos han obligado a tomar esta decisión". Todavía no se ha revelado qué ha hecho estallar todo tanto para llegar a tomar esta medida tan drástica, más teniendo en consideración que Álex Caniggia ha sido desde el principio uno de los grandes favoritos de la audiencia, las reacciones de los internautas no se han hecho esperar y expresando un desencanto con la producción que cada vez parece ser más y más grande.

Al concurso todavía le queda un mes y medio para acabar, pero parece que la cosa no pinta nada bien. En 48 días, 4 abandonos voluntarios, 2 expulsiones disciplinarias, y el premio ha disminuido hasta ser únicamente 30.600 euros. Es decir, 119.400 menos que el 14 de septiembre. Difícilmente se puede dictar sentencia al respecto, pero no es nada de extrañar que los concursantes se marchen —o fuercen la salida con conductas cuestionables, si es que fuera el caso—, porque es la edición de Gran Hermano con un premio más pequeño de toda la historia. La gota que ha hecho tirar el vaso ha sido que la borrasca Ciarán ha afectado a las instalaciones de la casa, provocando que un trozo del techo del jardín caiga y queden cerrados al interior.

Gran Hermano: Destino Final, como bien apunta un usuario de la plataforma X. Y eso que Halloween ya ha pasado.