Gerard Piqué y los niños Milan y Sasha acaban de descubrir cómo será el resto de sus vidas. El primer encuentro entre padre e hijos en Miami, la nueva ciudad de los chiquillos, se está llevando a cabo de una manera discreta, tranquila, íntima. Un oasis de paz después de meses y meses de tormenta. Un tesoro sorprendente, teniendo en cuenta el interés mediático que genera la expareja y la animadversión hacia el exfutbolista catalán por aquellas latitudes. El seguimiento a Piqué no ha dado grandes resultados, los documentos gráficos son exiguos excepto en una temática: las comidas y las cenas. De momento, poca cosa más.

La bebida y la manduca marca el viaje del padre a Florida: tan pronto como llegó a Miami lo acusaron de llegar con sobrepeso, fuera de forma, barrigón. Entre la mala leche, el tipo de vestuario utilizado por Piqué y efectos ópticos llenos de caprichos, el sector anti-Piqué encontró la primera fuente de ataques personales infectos y fuera de lugar. Incluso el periodista catalán Jordi Martín, enemigo número 1 de Gerard, se abona a la teoría. Curioso que le diga que va pasado de kilos porque también ha visto la secuencia del central en bañador en Abu Dabi acompañado de Clara Chía, justo antes de marcharse a Miami. Y de gordo... en fin. La comparación es escandalosamente elocuente.

Gerard Piqué Miami GTRES
Gerard Piqué llega a Miami / GTRES

Piqué, Milan y Sasha, pizza con toque culé en Miami

Pero vaya, volvamos a Miami, a Piqué, a Milan y a Sasha. Jordi Martín dice saber qué ha hecho este trío durante estos días: "Desde la playa hasta los parques temáticos", anuncia en su canal de Youtube, aunque el material fotográfico que nos enseña es de Gerard saliendo del hotel y firmando autógrafos y de una cena en una pizzería. ¿Shakira los lleva a comer hot-dogs, patatas fritas y palomitas en pabellones de baloncesto? Pues Gerard prefiere el fast food de la dieta mediterránea, como el del local La Leggenda: un restaurante napolitano con las paredes forradas con un ídolo culé, napolitano y argentino: Diego Armando Maradona. El 'D10S', hasta que Leo Messi heredó su título. Se nota que Milan y Sasha se estàn adaptando rápido a las costumbres americanas, todo va acompañado de refrescos con gas y bien azucarados. Ni una gota de agua, tú. Bien, son criaturas, como lo demuestra que estén mirando el móvil con insistencia. Los padres y madres saben de qué hablamos.

Pizzaria La Leggenda Miami Jordi Martín Youtube
Pizzeria La Leggenda en Miami / Jordi Martin Youtube
Piqué Milan y Sasha Pizzeria Jordi Martin Youtube
Piqué Milan y Sasha en una pizzería de Miami / Jordi Martin Youtube
Piqué Milan y Sasha Pizzeria movil Jordi Martin Youtube
Piqué Milan y Sasha en una pizzería de Miami / Jordi Martin Youtube

Un médico, paparazzo improvisado: caza a Piqué y los chiquillos comiendo junto a la playa

El paparazzo afirma que estas imágenes son las primeras que se han obtenido de Piqué y los niños en Miami. Error. Alguien se le ha adelantado, y de qué manera. Un médico especializado en oncología y su familia de una mujer y dos hijos adolescentes celebraron una comida familiar en un restaurante costero de South Beach. Manteles y servilletas de tela, sillas más elegantes, al aire libre. Piden a un camarero que inmortalice la escena, pero no queda claro si es para tener el recuerdo íntimo o porque sabía que, al final del punto de fuga fotográfico, se veía a Piqué, Milan y Sasha que acababan de sentarse en la mesa. "Almuerzo en familia, en eso se sienta Piqué cono sus pelaos en la mesa de en el lado", dice el susodicho. Pillín. Analizando lo que estaban comiendo podemos afirmar que aquel día las barrigas quedaron contentas. El que no está nunca contento es el team Shakira, que aprovecha para continuar con su cruzada: interpretan que los niños no quieren a su padre y unas cuantas cosas más. Brutal.

Gerard Piqué comedida|cotamaño niños Miami @castrellon md
Gerard Piqué comiendo con Milan y Sasha en Miami / @castrellon_md

La pregunta puñetera: ¿cómo se habrá tomado Shakira que su aliado Jordi Martín la desobedezca y no deje en paz a sus hijos? ¡Al loro!