La boda del año está cada vez más cerca. El 8 de julio está a la vuelta de la esquina y Tamara Falcó e Íñigo Onieva están allanando el terreno para que todo vaya como la seda. No quieren sorpresas como la que, de forma muy desagradable, le dio Onieva a su prometida, en el pasado otoño, cuando salió a la luz un vídeo suyo metiéndole la lengua hasta el corvejón a una influencer en un festival. Onieva le fue infiel y le mintió a la marquesa de Griñón. Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo dicen... Pero tuvo una segunda oportunidad, la cual no está dispuesto a desaprovechar. Ahora todo va sobre ruedas y el destino parece claro: una boda por todo lo alto. La cosa es ya imparable: los dos están disfrutando de sus últimos días de solteros, en especial la hija de la Preysler, que acudía la semana pasada a Portugal para la despedida de soltera.
Un viaje que no pasaría desapercibido. En España es una famosa de manual, pero en Portugal también es conocida: Tamara Falcó traspasa fronteras. Y vaya si las traspasa... había gente que la paraba por la calle, y eso que renunció a ir disfrazada de bacalao, el alimento icónico de los lusos. Impactante Tamara en el aeropuerto, con muletas, en silla de ruedas y con cara de estupefacta: le esperaba un fin de semana de locos.
Y es que sus amigas le habían preparado a la socialite las mil y una. Las despedidas de soltera están para eso: hacer el ridículo un rato y echarse unas risas con las mejores amigas. Tamara no sería una excepción y por muy pija repija que fuese, sus friends le tenían preparadas las peores jugarretas. Más allá de la propuesta de disfrazarla de bacalao en pleno suelo luso, lo peor fue lo que pasó en uno de los restaurantes que visitaron todas ellas. "Fuimos a cenar a un sitio que hacían un show rarísimo, parecía un manicomio", revelaba ayer Falcó en su visita semanal a 'El Hormiguero', programa en el que es colaboradora. "Había una señora con gafas de sol que nos empujaba con los abrigos, un tío con la cara verde que me trajo el ramo de novia y luego se desnudó... Muy raro. Pero cenamos muy bien y luego las copas, claro", subrayaba. Una escena surrealista y peripatética: pagaríamos para ver la cara de la Falcó viendo a semejante tipo desnudo. "Ayyyyyy no puedo ver eso yo, uiuiui quita quita", seguro que exclamaría. Grotesco.
El por qué de su visita al santuario de Fátima
Todos sabemos que Tamara Falcó es ampliamente católica, apostólica y romana. Muy muy cristiana, y este fue uno de los motivos de su visita a Fátima, una de las ciudades icónicas de la religión cristiana en Portugal. Para ella no podía ser otro destino que el de Fátima. Ayer explicaba los motivos reales de su visita al santuario de la ciudad, algo que no entraba inicialmente en sus planes: "Y después Fátima, que para mí es superimportante y quería encomendar mi futuro matrimonio a la Virgen. Que no fuimos solo a Fátima. Pero claro, si me llegan a llevar a un boys, no hubiera sido mi despedida. Alguna amiga decía: ‘¿A Fátima?’. Y al final tuvimos que votar, pero como era mi despedida...". Sí, Tamara no falló: Dios la protegerá. Esperemos también que de las infidelidades de Onieva.
