Es tradición, pero siempre emociona. El anuncio de la Lotería de Navidad ha llegado para remover, como cada año, la ilusión colectiva por unas fechas irremediablemente señaladas. Sea con las ganas de disfrutar de las incontables comilonas en familia, abrir regalos o, simplemente, pasar tiempo con nuestros allegados, el final del año siempre termina por evocar al misticismo.

A la nochebuena y la Navidad las precede siempre otro evento estatal que cuesta pasar por alto. El sorteo extraordinario del 22 de diciembre es la oportunidad perfecta para embolsarse una cantidad generosa de dinero si, por gracia de la suerte, has comprado uno de los décimos afortunados. En cualquier caso, ese anuncio antes citado también ha ganado un peso que apela a los sentimientos de la audiencia. Con historias de vida narradas desde la ficción, pero cargadas de significado.

Este año, el relato vuelve a remitir a la compañía de nuestros seres queridos. A la suerte de poderlos tener cerca en la época que más resalta las ausencias. El spot de este 2023 vendría a ser la crónica de los jóvenes ansiosos. La del trabajador ocupadísimo que procura conciliar el ámbito laboral, la vida personal y el amor familiar en la medida de lo posible. La protagonista, interpretada por la actriz Andrea Thurman, intenta lidiar con todo sin demasiado éxito. Por si fuera poco, su padre la llama de forma constante para recordarle que pase por una administración. Para que no olvide comprar ese décimo que podría hacerles millonarios. Ella, a causa del estrés rutinario, se olvida y discuten. Un punto complicado en el que la muchacha acaba implorando a los cuatro vientos un sonoro "¡ojalá desapareciera todo el mundo!".

Dicho y hecho, en una referencia clara a eso de cuidado con lo que deseas. Sola ante un mundo vacío, la chica goza de las ventajas de las calles vacías e incluso consigue el dichoso décimo. Sin embargo, aludiendo a la suerte de tenernos, lema de la campaña de este año, termina necesitando ver de nuevo a los suyos. Luego despierta, se encuentra con su progenitor y todo termina en la máxima expresión del afecto. El encargado de encarnar a la figura paterna es el barcelonés Carlos Olalla.

Un particular papá que ha formado parte del reparto de célebres filmes como [Rec]² Tres metros sobre el cielo conoce bien la realidad del anuncio que aquí nos concierne. Lejos de los lujos a los que se suele asociar a los actores, él también vivió un drama personal hace no tanto. Lo contaba en el 2015 en La Ventana, en la SER. Todo comenzó por su decisión de abandonar los escenarios hasta que el Gobierno no bajara el IVA cultural. No subirse a las tablas del teatro le implicó no llegar a final de mes. Tan crítica era la situación que se vio forzado a pedir dinero por las calles. Junto a su madre, la escritora Cristina Maristany, recitaban poesía en el metro para ganar algo con lo que poder subsistir.

El ejemplo claro de que los famosos no tienen por qué estar ajenos a las calamidades. Nos alegramos de que haya podido volver a trabajar.