Cristina Pardo ha celebrado 100 emisiones de su programa, y lo ha hecho con una rabieta: la navarra no entiende que, semana tras semana, los espectadores la critiquen por el tufo rancio que destilan muchas de sus opiniones, preguntas e invitados habituales en 'Liarla Pardo'. Nosotros, tampoco Cristina, "¿por qué será?". Ha enviado un mensaje a sus detractores, demostrando que bajo la coraza y el tupé, le preocupa y mucho lo que digan de ella. Pardo es humana, señoras y señores, tiene sentimientos. Nos alegramos, claro, aunque nos alegraría mucho más percibir propósitos de enmienda, en vez de sorna, ironía y marionetas.

Cristina Pardo con títere 100 programas Liarla Pardo La Sexta

Cristina Pardo con marioneta 100 programas Liarla Pardo / La Sexta

Porque Pardo y su ego infinito son así: hacen que como le resbalan las críticas, pero vive pendiente de lo que diarios y redes sociales dicen de ella y de su rinconcito en La Sexta. Una parada en la que caben todos... especialmente si están de acuerdo en aquello sustancial. Por ejemplo: Quique San Francisco en éxtasis facha. O Marhuenda cada fin de semana haciendo piruetas lamentables justificando lo injustificable. O Julia Otero marcando paquete antiindepe. En fin. El archivo del programa, incluso de las cien emisiones, está allí, siempre disponible. Quizás así refresca la memoria, que no se lo explica, o mejor dicho, no se lo quiere explicar. La baza que siempre juega: hacerse la punzante y la superirónica para lanzar una amenaza: "a los que no les gusto, pienso estar aquí cien más". No por favor. No nos lo merecemos.

Haz click en la imagen para ver el programa:

Cristina Pardo picadura|picotazo Liarla Pardo La Sexta

Cristina Pardo rabieta en Liarla Pardo celebra 100 programas / La Sexta

"Otros cien más para darles la oportunidad", ha dicho después, con un nuevo chiste del que sólo se ríe ella. No le bastaría para reconducir eso que hace, desgraciadamente. Nosotros la miraremos sólo para confirmarlo. Y porque el periodismo tiene un punto masoquista irremediable, todo sea dicho.