Islandia en crisis. Y gorda. La pequeña ciudad de Grindavik, a pocos kilómetros de la capital Reykiavik, ha sido evacuada. Hay una alerta sísmica de extrema gravedad, en cualquier momento la tierra puede estallar y destruir completamente la zona. Una fisura de 15 kilómetros de largo, llena hasta los topes de magma, es el motivo de esta emergencia. Hace semanas que los expertos alertaban del peligro, pero hasta que la cosa no se ha descontrolado, el mundo ha hecho como quien oye llover. Una de las voces que ha ido informando con detalle del cataclismo inminente ha sido la de un periodista y escritor catalán instalado en el país nórdico, Èric Lluent. Esta mañana ha participado al 'Tot es mou' de TV3 con Helena Garcia Melero, explicando sobre el terreno la magnitud del desastre.

Desde el pasado viernes se han producido centenares de terremotos de pequeña intensidad en la península de Reykjanes. Que no hayan sido devastadores no quiere decir que no sean el indicativo de consecuencias terribles. Los casi 4.000 habitantes del municipio, muy próximo al balneario más famoso de Islandia, el Blue Lagoon, han sido trasladados forzosamente. Los turistas que hacían uso de estas instalaciones termales huyeron acongojados al empezar a percibir los movimientos sísmicos. Islandia, un país y una sociedad consciente de vivir en una zona en permanente peligro geológico, se ha movilizado como nunca por una razón: tienen la certeza de que esto no será una falsa alarma. Èric tampoco. Su tono es grave, la alarma es real.

Èric Lluent periodista Islandia TV3
Èric Lluent, periodista catalán en Islandia / TV3

En este tipo de situaciones la sociedad, o buena parte de ella, actúa siguiendo criterios de empatía, de solidaridad, de compañerismo. Pero claro, siempre tiene que haber ovejas negras, auténticos desalmados que aprovechan cualquier oportunidad para atacar y hacer daño. Èric, preocupado por el futuro de Grindavik y del resto del país que lo acoge, ha chocado con este grupo de indeseables. Y mira qué casualidad: resulta que son españoles, y además, seguramente de esos que recorren la calle Ferraz de Madrid, haciendo cosas fachas. Como practicar la catalanofobia más infecta. Atención a uno de los mensajes que ha recibido el periodista catalán. Ni en Islandia nos dejan en paz. Qué asco.

Islandia emergencia sísmica TV3
Islandia, emergencia sísmica / TV3

El autor del mensaje, un aprendiz mermado de José Mota, desearía que el magma hiciera desaparecer a los catalanes como Èric. Así de claro: "Si hay algún catalán o varios en Grindavik os ruego que os quedáis ahí. Que ya nosotros pasamos por ahí. Pero no hoy. Mañana". Fenomenal, eso de querer el mal para el prójimo. De español monárquico, constitucional y patriota. Se retratan ellos solitos. Y después se preguntarán cómo es que queremos largarnos y romper el DNI del reino de España. Cuanto más lejos de esta lacra, mejor.