Los hijos son lo mejor que hay. Qué orgullo es verlos crecer como buenas personas, abriéndose camino en la vida. Es lo que nos pasa a muchos padres, por ejemplo, a un querido presentador de tele que hace unos años vivió su momento de máximo esplendor profesional ante cámaras, cuando era uno de los comunicadores más exitosos de España. Hablamos de Antonio Hidalgo, que cuando empezó a hacer programas junto a Ana Rosa Quintana, tenía legiones de fans. Pareja icónica de los 90 y principios de los 2000, especialmente por el programa Sabor a ti de Antena 3, forman un tándem muy recordado.


Un Hidalgo que después ha ido haciendo programas de éxito más moderado para otras cadenas, y al que ya no es tan fácil seguirle la pista de sus proyectos ante cámaras. Y es que el tiempo pasa, profesionalmente hablando y también, personalmente. En este sentido, Hidalgo no puede ser más feliz, porque su hijo le ha dado siempre motivos para serlo. Ahora ha emocionado a sus seguidores con una demostración pública del amor y el orgullo que siente por él, y ha conmovido a los fans con dos fotografías hechas en un mismo lugar, un columpio, pero con 25 años de diferencia. A la izquierda, un joven Antonio con su hijo Anto, rubio, un niño, y a la derecha, los dos protagonistas 25 años después: "Era un niño precioso ya, pero no podíamos imaginar su madre y yo que crecería como un extraordinario ser humano. No nos ha dado jamás un disgusto, ni de pequeño, ni adolescente ni ya de adulto. Orgulloso es poco! Jamás he tenido la más minimalista inquietud con su porvenir profesional. Mi única preocupación era y es que siga siendo alguien con valores, honesto y con sentido común. Lo demás es su decisión y sus metas u objetivos son suyos. Yo estaré siempre cuando me necesite… ahora y cuando ya no esté, seguiré estando para el":

Una comparativa sensacional, con su hijo, igual que el padre, sonriendo y con cara de felicidad. Anto Hidalgo, aparte de guapísimo, es escritor y ha publicado Tan cerca de ti. Tan lejos de nosotros. Además, es un apasionado del surf, y siempre que puede, a cabalgar olas se ha dicho.




Anto Hidalgo, un apasionado de las tablas de surf, de las olas y de escribir. Y Antonio Hidalgo, un apasionado de su hijo. Orgullo de padre, orgullo de hijo.