Ana Rosa Quintana ha liderado una agresiva campaña anti-Puigdemont, día a día. Su programa ha ido minándolo, persiguiéndolo por Europa, creando la imagen de que vive aislado en el lujo y que ha dejado tirados a los suyos. El punto álgido de este trabajo llegó el 31 de enero con un bombazo que vendió como la clave para poner en entredicho su candidatura a la reelección. Sus cámaras captaron unas imágenes que revelaban el contenido de unos mensajes de Carles Puigdemont al conseller Toni Comín, en los que decía que el plan de la Moncloa había triunfado y que los suyos le habían sacrificado. La exclusiva era muy buena, y la exprimió al máximo repitiendo los mensajes en bucle durante más de tres horas.

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Unas imágenes que ahora han costado una querella a la presentadora. Puigdemont y Comín han presentado una demanda contra ella y los dos cámaras de Telecinco que lo filmaron ante el juez de instrucción de Lovaina. "Hemos presentado una querella por violación de la vida privada para filmar y difundir mensajes de su móvil el 31 de enero", ha explicado a Europa Press al abogado que le representa en Bélgica, Christophe Marchand.

La grabación duraría 50 minutos, un tiempo en el que los cámaras estuvieron grabando los mensajes que se enviaban. Un hecho que denuncian, justificándose diciendo que las comunicaciones privadas sin autorización de las partes implicadas constituye un delito, según el derecho belga, de atentado de la vida privada, castigado con penas de prisión de entre seis meses hasta tres años. De ser condenados, sin embargo, lo más probable es que tuvieran que pagar una multa.

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Con el objetivo de criticar que los medios españoles hayan violado los principios básicos de la deontología periodística sin respetar la vida privada, han asegurado que no buscan que periodistas entren en la prisión. La causa está en manos del juez de instrucción, pero se tiene que recordar el derecho a la información que amparará a Ana Rosa.

Pero según el abogado de Puigdemont, se tienen que poner límites: "Los periodistas tienen derecho a informar como quieran pero dentro de los límites establecidos. Robar informaciones es una violación de la ley penal. Se necesita un consentimiento libre, claro y evidente. No fue el caso aquí". ¿Cómo acabará la cosa?