Después de renunciar a sus títulos y responsabilidades reales, los duques de Sussex decidieron comenzar una nueva vida al otro lado del charco, mudándose a una lujosa mansión en Estado Unidos; lugar que se convirtió en el refugio privado del príncipe Harry, Meghan Markle y sus dos hijos, Archie y Lilibeth-Diana.

A mediados de 2020, la familia compró una mansión en Montecito, una comunidad en Santa Bárbara, un condado que está a dos horas de distancia de Los Ángeles, California. Esta grandiosa casa cuenta con 1.734 metros y tiene 9 habitaciones, 16 cuartos de baño, jardines de ensueño y una gran piscina privada. Debido a la exclusividad de la urbanización, los duques pueden darse el lujo de ser vecinos de otras celebridades, tales como Oprah Winfrey, Ellen DeGeneres y Gwyneth Paltrow.

La mansión

La mansión

Uno de los beneficios que le ofrece esta mansión es su privilegiada ubicación en una calle totalmente privada, donde es casi imposible que los paparazzi puedan acercarse lo suficiente para irrumpir en la privacidad del hogar de los duques, asegurando la tranquilidad para la pareja y sus hijos.

Desde la terraza de la mansión se puede disfrutar de las vistas de la playa de Las Mariposas y de uno de los lugares más famosos del condado de Santa Bárbara: los acantilados de la playa erosionada de Summerland. Esta vista al mar inspiró al diseñador de la mansión, dado que la fachada exterior está decorada con un estilo mediterráneo en tonos beige y con terminaciones en madera. Las vigas de madera visibles decoran el espacio de la terraza, creando un ambiente rústico y playero en el lugar.

La piscina

La piscina

Junto a la enorme piscina hay otra terraza techada con un comedor informal al aire libre para disfrutar de una tarde de barbacoas o de una pool party en compañía de los amigos de los duques, dado que no es secreto para nadie que no se llevan muy bien con los miembros de su familia. En la zona exterior también se pueden observar unos frondosos jardines con árboles centenarios como olivos y cipreses. Además, cuentan con un hermoso rosal que rodea el camino que conduce a un lago artificial que tiene su propia pagoda privada.

La cocina mantiene la estética mediterránea de toda la casa: paredes neutras en tonos beiges y suelos de madera natural. También cuenta con dos islas de madera con acabado rústico, una amplia despensa, un horno de piedra y grandes lámparas de araña para iluminar el lugar. Desde la cocina se puede acceder a un comedor y tiene una hermosa vista al mar.

La cocina

La cocina

Todos los baños de la casa son de gran tamaño. Algunos cuentan con una chimenea justo al lado del lavabo y una gran bañera con acabado de mármol. El mobiliario también es de madera natural y los pisos y paredes son de color beige.

Uno de los lugares más acogedores de esta casa construida en 2003 es su biblioteca, dado que cuenta con un pequeño salón de lectura con chimenea y una mesa de ajedrez, ideal para que el príncipe pase tiempo con sus hijos.