Para nadie es un secreto que el príncipe Andrés fue, durante muchos años, el hijo predilecto de la reina Isabel II. La fallecida monarca solía cumplirle todos los caprichos al hermano menor del rey Carlos III, pero esto terminó cuando el duque de York fue relacionado directamente por los casos de abuso de menores en la isla de Jeffrey Epstein, siendo acusado y demandado por Virginia Giuffre, una joven que fue víctima de la red de trata de menores de Epstein hace más de dos décadas. Tras este terrible escándalo para la Corona británica, tanto el entonces príncipe Carlos, heredero de la Corona, y su hijo, el príncipe William, convencieron a la reina para que le retirara sus títulos reales, perdiendo su posición en la familia. Sin embargo, el príncipe Andrés tenía la esperanza de que esta decisión cambiaría con el paso de los meses, pero Carlos III fue muy firme y en una reunión muy tensa que sostuvo con él en Escocia le dio a entender que jamás recuperaría su posición en el Palacio.

Y es que, el duque de York estaba totalmente confiado de que podría recuperar su vida y sus títulos al haber evitado un juicio mediático con Giuffre al llegar a un millonario acuerdo con la víctima, dado que, de acuerdo con una fuente cercana la Casa Real, Andrés consideraba que él “aún puede ser valioso como miembro activo de la Corona”. Sin embargo, el nuevo monarca no considera que esto sea así, por lo que decidió tomar cartas en el asunto al negarle cualquier posibilidad de regreso a sus labores dentro de la monarquía en una reunión que ha sido catalogada como “tensa y emocional”.

De acuerdo con el ‘Daily Mail’, el duque de York quedó “en shock y lloroso” tras las fuertes palabras de su hermano en esta conversación que se llevó a cabo en la finca Birkhall, Escocia, propiedad de Carlos III, tan solo unos días antes del fallecimiento de lsabel II.

El príncipe Andrés perdió todas las esperanzas de recuperar su estatus dentro de la Familia Real

Según el biógrafo Robert Hardman, “Andrés siempre creyó que había un camino de regreso”, dado que la reina Isabel II “siempre confió en la inocencia” de su hijo. Sin embargo, esta esperanza se ha esfumado con el ascenso al trono de Carlos III, quien no está dispuesto a tolerar que se siga dañando la imagen de la Familia Real por las acciones indebidas de su hermano.  "En la reunión, Carlos le dijo que puede irse y tener una buena vida, pero que su vida pública como miembro de la realeza está llegando a su fin. Le dijo: 'Tienes que aceptarlo".

De esta manera, el príncipe Andrés no solo perdió sus títulos y patronazgos, también perdió el derecho de ser llamado como ´Su Alteza Real’, no podrá usar sus trajes ni medallas militares y tampoco formará parte del Consejo de Estado, siendo el único de los hijos de la fallecida monarca que no formará parte de este Consejo.