Una de las lacras, de los repulsivos comportamientos humanos de los que últimamente estamos teniendo demasiada constancia son los numerosos casos de violaciones que están proliferando por todo el país. Aparecen abyectas Mandadas de debajo de las piedras y la indefensión de muchas mujeres va a más, ante la indignación generalizada y la ira que generan en toda la sociedad. Desgraciadamente, violadores despreciables ha habido siempre. Y ahora, quien ha hecho una sobrecogedora confesión sobre unos hechos del pasado que nunca ha podido olvidar ha sido Ainhoa Arteta.

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@ainhoarteta

Una de las mejores sopranos del mundo, Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes, se ha abierto en canal en el programa de TVE, Retratos con alma. Antes de enamorar al público con su voz tocada por los ángeles, Arteta tuvo que formarse. Escogió hacerlo en los Estados Unidos, donde la vasca se mudó cuando era joven para profundizar en sus estudios de música después de su paso por el conservatorio. Mientras lo hacía, se ganaba la vida haciendo trabajos como el de baby-sitter o niñera cuidando a una niña pequeña. Fue hace 29 años en Nueva York. Arteta empezó su relato en el programa de Isabel Gemio revelando que nunca no lo había explicado. Hasta ahora. Una noche volvía en casa “una zona que era un submundo tremendo. De día era el mercado de la carne. De noche había prostitutas, proxenetas, drogas”. No era una noche cualquiera. Horas antes le habían dado su primera ópera. Un delincuente la abordó por la calle, la agredió y la violó.

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@ainhoarteta

Casi acaba con su vida: "Me dijeron que podía estar contenta de que no me hubieran matado", le dijo la Policía. ¿Tiempo para digerirlo? Poco o ninguno:  "Me tenía que aprender la partitura para el día siguiente, no tenía tiempo ni para hacer duelo”. El luto se prolongó el resto de su vida. Costó ir asumiéndolo e ir verbalizándolo: "Estuve más de una década sin poder verbalizarlo". Y la sexualidad posterior también costó: "ha sido siempre un problema". A sus 54 años, la soprano ha reconocido que entonces tuvo que aparcar el trauma, y que este ha ido saliendo poco a poco: “La mente es tan poderosa que lo aparcas y sientes que no ha pasado, pero hay momentos de tu vida en los que sale”. Por ejemplo, cuándo alguien le ponía una mano encima cuando oía alguna atracción sexual hacia ella: "Cualquier acercamiento, cualquier aproach, era la cosa que más me podía repugnar. Rechazaba a la gente incluso con mala educación”.

Años de terapia psicológica para superarlo. Hasta llegar a poder explicarlo en el programa de TVE.