A la cantante catalana Rosalía hay según qué sectores que pretenden colgarle el Sambenito que es una artista que vampiriza culturas ajenas que no le son propias. Lamentables son las críticas que insisten en que no siendo de etnia gitana y de Sant Esteve Sesrovires se apropie del flamenco. Ser catalana y tener duende no sólo no es incompatible, sino que muestras las tenemos a espuertas.

Rosalía en el Sónar, el 15 de junio del 2018. Aina Martí ACN

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Pero cualquier cosa que haga la artista es mirada con lupa y a la mínima que pueden, aprovechan para tirar la piedra y esconder la mano y dejar caer, como quién no quiere la cosa, comentarios como "La música vuelve a tontear con la apropiación cultural, pero esta vez, es de otro tipo". ¿Cuál es el gran 'pecado' que ha cometido ahora Rosalía? Quemar un molino de Castilla la Mancha y lucir un look con joyas como los de Madonna o "esos mechoncitos pegados en la frente, conocidos como baby hair, un clásico entre las afroamericanas". Son palabras de la revista Vanity Fair, que también aprovechan para escoger un titular catastrofista: "En su nuevo videoclip, Rosalía dinamita uno de los símbolos españoles por antonomasia". Hombre, dinamita un símbolo español... Una frase capciosa para que alguno hiperventile más de la cuenta. Rosalía + dinamitar + símbolo español. Lo sacudimos un poquito y listos.

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"De aquí no sales"

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"De aquí no sales"

Rosalía quema un molino de viento característico del paisaje de Castilla. Lo hace en el videoclip del tema De aquí no sales, capítulo 4: Disputa, el cuarto single de su trabajo discográfico 'El mal querer'. Pero el portal insiste en el término 'dinamitar' un símbolo español: "dinamita uno de los molinos del árido paraje de Castilla La Mancha, que nos ha recordado de manera inevitable a los que se describen en Don Quijote de la Mancha". Pero a menudo, los que parecen locos no son el ingenioso hidalgo, sino según qué cronistas. Después de Malamente y Pienso en tu mirá, Rosalía vuelve a ofrecer una pieza audiovisual de gran calidad, luciendo lentes de contacto azules y peinados muy chillones y poniéndose en la piel de una motera con las ideas claras mientras recorre los molinos de Campo de Criptana y Alcázar de San Juán, de Ciudad Real como fondo de su nuevo vídeo.

Un vídeo donde la cantante vuelve a dejar muestras de su talento y su presencia. Y sí, quema un molino. Y no, no tiene nada que ver con quemar España ni sus símbolos, aunque algunos tengan la mala baba de decirlo como quien no quiere la cosa.