De vez en cuando, se escuchan o se leen según qué sandeces sobre lo que pasa en Catalunya. Especialmente, de muchos que no viven en Catalunya, cosa habitual en las españas. El tema de la lengua es recurrente, con afirmaciones miserables y falsas sobre que el castellano corre casi un peligro de extinción en Catalunya, donde la gente no sabe ni una pizca de castellano y donde esta lengua está perseguida en Catalunya, tal y como afirmó un joven de las juventudes del PP en un debate de TVE sin que le cayera la cara de vergüenza.
Rubén Gil (TVE)
La cancioncilla, no por repetida, se parece lo más mínimo a la realidad, evidentemente. Pero a menudo es un mantra que de tan repetirlo, cala. Por eso, muchos medios insisten en preguntar sobre esta cuestión cuando tienen en frente a algún entrevistado catalán. Como ha vuelto a pasar ahora con una entrevista de La Razón al inmenso Josep Mª Pou, probablemente, uno de los dos o tres mejores intérpretes que hay en este país, un monstruo escénico al que hay que escuchar, porque cuando habla, lo hace con juicio y sin morderse la lengua, como cuando cargó en Liarla Pardo contra la pobre clase política que hay en este país:
El actor catalán sabe de que habla. En clave de oratoria, ahora le podemos disfrutar en la obra Viejo amigo Cicerón, en la piel del político, filósofo y orador romano. El citado diario le entrevista también por este motivo, y Pou no ahorra críticas en medio de una pandemia donde "Estamos viviendo un momento peligroso y raro porque los dirigentes están al servicio del partido y no del pueblo. Es una pequeña perversión de la democracia. No sé dónde lo han aprendido". Igualmente, no sabemos dónde han aprendido en según qué corrientes de opinión la tontería sobre el castellano en Catalunya, cuando queda claro que si hay que proteger una lengua, es el catalán, que se habla en muchos menos lugares.
Josep Mª Pou (Europa Press)
Le pregunta el citado medio: "Aprovechando las dotes lingüistas de su personaje, ¿el castellano está amenazado en Cataluña?". La respuesta de Pou no puede ser más demoledora: "No lo he creído nunca. Es más, como lengua minoritaria que es el catalán, como otras, hay que apoyarla. Pero no hay síntomas de que el español vaya a desaparecer". Que tomen nota.