El actor Dani Rovira, actualmente en la piel de SuperLópez quizás no tiene superpoderes, pero ha vivido un susto que parece decir todo lo contrario. Es uno de los intérpretes más concienciados con diferentes causas sociales y siempre que puede, aprovecha el status conseguido a base de trabajo para echar una mano a los más necesitados. Uno de los últimos proyectos, y que actualmente se puede ver en algunas salas de cine, es el documental "Todos los caminos". ¿Y a dónde conducen todos los caminos? A Roma, evidentemente. Y a Roma se fue él y un grupo de personas para dar visibilidad al síndrome de Rett, una enfermedad de los llamadas raras.
Se trata de un trastorno neurológico que comporta la pérdida voluntaria del uso de las manos, un crecimiento retardado del cerebro, dificultades para andar, convulsiones y retraso mental. El síndrome afecta casi exclusivamente a niñas y mujeres. El actor andaluz, acompañado de Paco (padre de una niña con esta enfermedad), Germán (un bombero) y Martín (un entrenador personal) fueron desde Barcelona hasta la Ciudad del Vaticano en bicicleta para intentar dar visibilidad a una enfermedad sin cura. 1.500 kilómetros en 10 días, a 150 cada jornada.
Este lunes, Rovira ha publicado un vídeo en su cuenta de Instagram que pone los pelos de punta. Él mismo advierte de la crudeza de las imágenes antes de darle al 'play'. Y hace bien en hacerlo. ¿Qué se ve? El momento exacto en que mientras iban los compañeros de viaje circulando en bicicleta durante una de las etapas, por territorio francés, un coche los embiste brutalmente, llevándoselos por delante y saliendo disparados por la violencia del impacto, mientras el momento es captado por la cámara del coche de asistencia que les acompañaba: "Estamos aquí porque aún no nos tocaba irnos". Y no le falta razón. El actor muestra las imágenes que ha compartido uno de sus compañeros, quien se llevó la peor parte.
Afortunadamente, no les pasó nada: "El peor golpe me lo llevo yo. Luego, Dani Rovira y Paco se llevaron también un gran golpe. Pero no nos pasó nada. Es increíble cómo ninguno de nosotros ni siquiera se rompió ningún hueso", dice uno de los compañeros del documental. Según se supo después, el conductor iba distraído con el móvil, se le cayó y al intentar cogerlo se le desvió el coche. Un vídeo escalofriante con final feliz, cosa que a menudo acaba de manera mucho más dura. Un vídeo necesario para remover conciencias.