Lejos de las grandes ciudades. Lejos del estrés. Lejos de la contaminación y de las aglomeraciones. Existen lugares maravillosos, escondidos entre la naturaleza, que antes sólo soñábamos o veíamos en películas, pero que a día de hoy son toda una realidad.

Hacer vida entre los árboles se ha convertido en una actividad atractiva para aquellos que quieren unas vacaciones originales, pero también para quien va en busca de aventura y de una experiencia directa con la naturaleza.

La casa del árbol en Baños, Ecuador, ofrece como principal atracción unas vistas privilegiadas desde donde se pueden observar montañas y volcanes. Los más valientes pueden disfrutarlas también desde su particular mecedor.

 

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Hay, sin embargo, quien prefiere un lugar más íntimo dónde evadirse y perderse en él mismo... Como esta pequeña cabaña en el norte de California.

 

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En temporadas de frío, también son un buen refugio...

 

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También hay quien considera que la naturaleza es un lugar ideal para vivir y no estar sólo de paso. En este caso, sin embargo, vivir entre árboles no está falto de lujos.

 

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Lo más normal es que en una casa de estas características el interior sea más humilde, pero igualmente acogedor.

 

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El Soneva Kiri Resort de Koh Kood, Tailandia, es un reclamo para aquellos que quieren (y pueden), tener unas vacaciones exóticas

 

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Así pues, queda demostrado que se puede hacer vida entre los árboles de varias maneras, pero a buen seguro que ninguna de ellas deja indiferente.