Una de las bodas más exclusivas del año tuvo lugar el pasado miércoles en la finca de de Valdepalacios, en Torrico (Toledo). Rocío Carrasco, la hija de Rocío Jurado, contrajo matrimonio con Fidel Albiac, su pareja en los últimos 16 años. El enlace fue organizado fuera del foco mediático, ya que para evitar cualquier tipo de filtración a la prensa se instalaron drones antipaparazzi que sobrevolaron la finca, además de la contratación de una docena de guardias de seguridad. La intimidad se preservó hasta tal punto que los asistentes que colgaron alguna foto en las redes sociales la tuvieron que borrarla de inmediato. 

A pesar de todo el dispositivo, han trascendido imágenes del casamiento en una edición especial que ha publicado la revista Hola. Según Espejo Público, la boda ha sido una de las exclusivas mejor pagadas del año, nada menos que la friolera de 600.000 euros. Entre los ausentes del enlace destacan sus propios hijos, Rocío y David Flores Carrasco, y el hijo de José Ortega Cano, José Fernando. También se cayeron de la lista de invitados el padre de Rocío y su hermana Gloria Camila. Por otro lado, una de las sorpresas fue la visita de Paulino Rubio, que causó mucho revuelo. 

La novia lució un diseño de Hanibal Laguna, inspirado en el cardo blanco, y unos pendientes prestados por María Teresa Campos, que ya llevaron en un día Terelu y Carmen Borrego. Otro de los detalles que se ha difundido es que el encargado de oficializar la ceremonia fue el alcalde de la localidad de San Agustín de Guadalix, Juan Figueroa. Entre tantos invitados artistas, amenizaron la velada Juan Peña y Miguel Poveda, mientras que Chayo Mohedano interpretó la canción Lía junto a Eduardo Peña.