La reina Sofía es una persona miedosa de aquello que no conoce. Aquello que le es desconocido, le hace cosa, le da grima. Ya nos la imaginamos en su habitación de Zarzuela, temerosa por si por los pasillos circulan malos espíritus o fantasmas, y no hablamos de su maridito Juan Carlos dándole una sorpresa y yéndola a visitar alguna noche procedente de Abu Dhabi. La emérita no las tiene todas consigo ante posibles fuerzas externas que le puedan hacer algún mal de ojo o lanzar alguna maldición. Y este martes en el Gran Casino de Madrid lo hemos vuelto a comprobar.

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La reina Sofía / GTRES

La madre del rey ha entregado los Premios Sociales Fundación MAPFRE 2023, en un acto que tal como destacan en Lecturas, "no ha ocultado sus creencias en las energías que se escapan de lo terrenal". No hace falta que lo jure. Vestida con una chaqueta blanca con las mangas troqueladas y unos pantalones de raya diplomática negros, lo que ha llamado más la atención han sido los complementos que llevaba. Especialmente, uno de ellos. Sofía, amiga de las joyas y los abalorios, lucía un grandísimo colgante de ojos turcos de diferentes colores que no solo se lo ha puesto por cuestiones cromáticas y estilísticas, sino que también tenían un significado oculto:  "un poder para ahuyentar el mal de ojo de quien lo lleva". De hecho, por si el colgante no tuviera la fuerza suficiente para hacer frente a hechizos, llevaba a juego una pulsera casi idéntica.

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La reina Sofía / GTRES

Sofía cree en miradas malintencionadas o envidiosas que puedan hacerle daño o provocarle mala suerte... No hay que creer en brujería. Solo hace falta que cene cara a cara con su querida nuera Letizia, que ya verá cómo recibe una mirada fulminante de estas que tanto pánico le provocan a la madre de Felipe. Pero Sofía siempre ha temido esta posibilidad desconocida y, como hacen muchos de los que creen en cosas de estas, "tienden a protegerse contra esta energía negativa con amuletos y talismanes que tienen el poder de alejar ese supuesto mal de ojo". Dicen que esta joya hace de barrera protectora, evitando que el mal de ojo afecte a la persona que lo lleva con ella. De hecho, recuerdan que la reina tiene todo el joyero lleno: "se han convertido en un habitual entre las decenas de joyas que luce cada día desde hace años. Muy popular en Grecia, no es de extrañar que se haya traído consigo las costumbres de su país de origen". 

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La reina Sofía / GTRES

Y en este sentido, el tradicional ojo turco es de los más recurrientes, con un pequeño punto azul en el centro, diseñado específicamente por absorber y desviar "las malas vibras"... Viendo qué hizo con su marido, la fuente mayor de malas vibras que recibía Sofía, y al cual le dieron patada para que no volviera más a Zarzuela, seguro que en la cama de matrimonio la reina Sofía tenía un ojo turco de estos más grande que la cabeza de caballo que se encuentra un productor de cine en su cama en El padrino.