El príncipe Felipe de Serbia se ha casado este fin de semana con la diseñadora gráfica Dania Marinkovic en una romántica y multitudinaria ceremonia en Belgrado. Él era considerado como uno de los solteros de oro de la realeza, siendo la segunda en la línea de sucesión de una casa real, eso sí, desaparecida. Hasta que este matrimonio con la hija de un reconocido artista ha acabado con esta fama.

Felipe es ahijado de la reina Sofía, y como tal le ha convertido en una de las testigos de la boda. Sofía no se ha querido perder el enlace y ha ido en representación de la familia real sin ningún acompañante. Y eso que la madre del novio es prima del rey Juan Carlos I...

El emérito le ha dado platón en un nuevo compromiso social, remarcando todavía más su actitud distante de los últimos tiempos. Parece que los eméritos ya no posan juntos ni en acontecimientos de tal envergadura, viviendo vidas completamente separadas.

No obstante, Sofía ha aparecido con una gran sonrisa, pasando una velada de lo más agradable. Para asistir a la ceremonia en la catedral ha escogido una falda en tonos verdosos, con una americana en verde oliva y dorado y solapa a conjunto con el resto del outfit. Con respecto a complementos, ha optado por unas perlas como pendientes y un collar de perlas mayores todavía con un broche en rojo. Un pequeño bolso en dorado, un abanico a juego, pulseras y un fular como la falda completaban el look.

Reina Sofía boda GTRES

Reina Sofía boda 2 GTRES

La novia, con un vestido sencillo con un gran lazo en la cintura como protagonista y las mangas transparentes, acaparó todas las miradas. Y después de las tradicionales fotografías familiares, los 300 invitados pasaron al banquete en el Palacio Blanco de Belgrado. Y allí la emérita se sentó con el padre del novio, el príncipe Alejandro de Serbia.

Todo, con los besos y los brindis como melodía nupcial y los novios disfrutando de uno de los días más especiales de sus vidas.