Para la última aparición oficial de los reyes, Letizia ha tomado tres decisiones: se ha teñido, se ha vestido con un mono y ha deslumbrado a Ximo Puig en un acto con empresarios valencianos con unas pulseras de diamantes que pertenecen a la Familia Real y que, aparte de ostentosas, son metafóricas. Los diamantes Cartier provienen de la corona que el rey Alfonso XIII regaló a la reina Victoria Eugenia, bisabuela de Felipe VI. La corona costó más de un millón de pesetas de 1906. Se desmontó este símbolo monárquico cuando los reyes huyeron al exilio empujados por el afán republicano español. Allí las piedras preciosas se convirtieron en unas pulseras gemelas que ha lucido la reina Sofía y ahora recupera Letizia.
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Para distinguirse de su suegra, la hipster e it girl Letizia se las ha puesto en la misma mano. Una al lado de otra para marcar diamantes. La prensa cortesana no las encuentra ostentosas sino maravillosas. Probablemente son ambas cosas:"La reina combinó el mono-esmoquin de Hugo Boss, sin mangas y con solapa de esmoquin en raso negro, con las impresionantes pulseras gemelas de Cartier cuajadas de diamantes. Llevando las dos en la misma muñeca y dándole al look un plus de lo más sofisticado". (Vanity Fair) El brazo izquierdo le debió pesar pero ella tiene bíceps para aguantar pulseras, brazaletes y toda piedra preciosa que le caiga encima
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Casa real
Los premiados aceptaban un galardón que al lado de las pulseras de diamantes parecía un pongo de los chinos. Una figurita que hacía que los empresarios mirasen de reojo los pedruscos que Letizia levantaba como quien levanta pesas en el gym. Al día siguiente que el abrigo de pieles de la mujer de Casado haya sido motivo de polémica, la primera dama española se pone encima de su piel muchos millones en diamantes.